Asesinan a pedradas a un albañil en Altos de Jalisco

Los sabuesos manejan como móvil del asesinato el ajuste de cuentas sin descartar móviles. Hasta tanto no den con el paradero de los antisociales la investigación continuara abierta. El cadáver de Humberto José Paz Nava (32) quedó tendido en un callejón del sector Altos de Jalisco, luego de que unos delincuentes lo interceptaran y golpearan con una piedra en la cabeza

La vida de Humberto José Paz Nava, de 32 años, terminó, ayer en horas de la madrugada, cuando unos presuntos delincuentes lo interceptaron en la calle 19F con avenida 4C del sector Altos de Jalisco, parroquia Coquivacoa del municipio Maracaibo. Los detectives de la Policía científica presumen que lo golpearon en la cabeza con una piedra para dejarlo muerto en el sitio.

Una comisión de la Policía regional acompañada por los funcionarios de la Policía científica, adscritos a la División de Homicidios, se encargaron de apartar a las decenas de curiosos que se aglomeraban en las esquinas, les pedían que conservaran la calma mientras los interrogaban.

Al principio se negaron a dar mayores detalles sobre el hecho, pero minutos después comentaron que el muchacho frecuentaba la zona; siempre llevaba consigo una botella de licor debajo del brazo. “Era un alcohólico”, aseguró un morador, cuyo nombre no reveló.

Media hora después, la hermana de fallecido apareció, miró con tristeza el cuerpo del ayudante de albañilería tendido sobre el pavimento, lloraba, gritaba e intentaba ocultar las lágrimas que brotaban de sus ojos, resultó inútil, el dolor la rebasaba. Un joven se acercó a ella, la abrazó, sacó un pañuelo del morral marrón que tenía entrelazado en la espalda para secar el sudor que le corría por la frente.

Entre gritos y lamentos el ama de casa relató que la víctima además de consumir alcohol en abundancia, gastaba la quincena completa en droga. “Destruyó su vida”, cuando perdía la conciencia saltaba las cercas perimetrales de las casas, si los propietarios dejaban las puertas abiertas entraba, “la idea era sustraer los objetos de valor y venderlos para costear sus vicios”.

Hipótesis

Mientras el infortunado caminaba por un callejón de Altos de Jalisco, unos antisociales lo sorprendieron, le exigieron que les entregara sus pertenencias, se negó. La rabia se apoderó de ellos, agarraron una piedra que estaba tirada junto a la acera y lo golpearon en reiteradas oportunidades, luego huyeron sin dejar rastro.

Humberto agonizaba, su corazón se detuvo, dejó de respirar. La sangre que emanaba de su cráneo se deslizó por su rostro hasta llegar al suelo donde se formó un gran charco, detalló uno de los oficiales que custodiaba el cadáver. 

Cuando los habitantes del referido sector lo hallaron, buscaron una sábana blanca con rayas anaranjadas para cubrirlo y procedieron a notificar el deceso a las autoridades correspondientes. En una furgoneta arribó el occiso a la morgue forense de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia, donde los patólogos le practicaron la necropsia de ley.

 

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