Tres
José Gregorio Rodríguez Velasco (54), supervisor de gabarra de la industria petrolera, fue asesinado tras forcejear con tres delincuentes que lo interceptaron cerca de su casa, en la carretera F con avenida 21 de Tía Juana.
El infortunado llegaba la noche del sábado de hacer unas diligencias. A menos de 50 metros de su vivienda se detuvo a un lado de la calle en su carro Toyota, negro, y caminó hasta una agencia de loterías con la intención de jugarse un terminal. Dos de los atracadores se bajaron de una moto y lo siguieron hasta interceptarlo.
Según testigos, con arma de fuego en mano lo apuntaron en su abdomen y le exigieron que les diera las llaves del carro. Rodríguez se negó e intentó despojarlos del arma. Ernesto Velasco, manifestó que hubo un forcejeo. “Mi hermano era un hombre alto y con mucha fuerza. Pensaría que sí podía con los tipos, pero no fue así. Se vieron amenazados, le dispararon y se fueron”.
José Gregorio recibió cuatro impactos de bala entre su cintura y sus piernas. Varias heridas las recibió en su aparato reproductor y otra en las piernas rompiéndole su vena aorta. Aún intentó correr hacia su casa en búsqueda de ayuda y sus homicidas antes de irse le dieron un último disparo por la espalda. Huyeron sin llevarse el carro.
“Sus hijos y todos salimos a ver lo que había pasado. Era mi hermano el que estaba ahí desangrado. Lo llevamos hasta la clínica de PDVSA El Prado, pero llegó sin vida. Se nos desangró y no pudimos hacer nada”, manifestó Ernesto.
Hombre intachable
Rodríguez tenía 20 años trabajando para la industria petrolera. Cinco de ellos como supervisor de gabarra. Estaba casado y dejó cuatro hijos. En las afueras de la morgue de Cabimas un grupo de amigos, su esposa y sus hermanos esperaban por la entrega del cadáver. Lo describieron como un hombre trabajador, responsable y de moral intachable. Exigieron justicia.