Érika Martínez, hermana de la víctima junto a otros familiares había interpuesto la denuncia de la desaparición ante la Policía científica, Subdelegación Cabimas. Ayer por la tarde, los familiares se acercaron a la morgue y lograron reconocerlo en la morgue
El taxista Édgar Antonio Martínez Castillo, de 30 años, desapareció el pasado lunes al mediodía. Salió de la vivienda de su mamá, en la calle Zaraza del sector Campo Elías, en Cabimas, para buscar su sustento detrás del volante. Unas horas después encontraron su cadáver en el sector Tía Juana, en el municipio Simón Bolívar, nadie lo conocía. Sus asesinos se llevaron sus documentos y su carro.
La Policía presume que les prestó el servicio a los clientes equivocados. El joven conducía un Aveo, 2008, dos puertas, azul, placa AE574CK. Aún no aparece.
La mamá de Édgar se extrañó, el lunes en la noche, de que su hijo no regresó a dormir en casa como acostumbraba. Lo empezaron a llamar a su teléfono móvil y no respondió. Pese a la insistencia no hubo contacto.
Érika Martínez, hermana de la víctima junto a otros familiares había interpuesto la denuncia de la desaparición ante la Policía científica, Subdelegación Cabimas. Ayer por la tarde, los familiares se acercaron a la morgue y lograron reconocerlo en la morgue.
Los detectives que llevan el caso manejan como móvil resistencia al robo de vehículo puesto que el Aveo, azul, no aparece. Le comentaron a los Martínez lo poco que sabían. El cuerpo lo hallaron unos vecinos. Tenía heridas de balas, estaba sin documentos ni objetos de valor. De su Aveo aún no hay rastro.