Hallan muerto a trabajador de PDVSA

La policu00eda presume que fue vu00edctima de su sicariato por lu00edo pasional (Foto: Cortesu00eda)

El hombre estaba desaparecido desde hace dos meses. En el lugar del hallazgo estaba su camioneta, la cual fue quemada. La Policía científica investiga el caso como un crimen pasional. No descartan otros móviles

Después de dos meses desaparecido hallan sin vida a Eudo Enrique Bastidas Arellano, 48 años, enterrado en una zona enmontada del sector Puerto Escondido, en el municipio Santa Rita. La Policía científica investiga el crimen como pasional. Según las primeras investigaciones lo mató su pareja por negarse a la ruptura de la relación amorosa. 

Los familiares interpusieron la denuncia de la desaparición el pasado 30 de septiembre en la Policía Científica en Zulia. La víctima era ingeniero electrónico y fungía como superintendente en Petróleo de Venezuela.  Las investigaciones dieron con el paradero de Raúl Fernández Rosales, de 18 años. Una fuente ligada al caso aseguró que las llamadas registradas en el teléfono del infortunado señalaron a Fernández como la última persona con quien sostuvo contacto.  

Fernández confesó el hecho y dio a conocer el paradero del cadáver y la identificación de sus cómplices. El hombre planificó deliberadamente el homicidio junto a otros tres amigos Marcelo Vásquez (21), Rubén Darío Portillo Bozo (39) y otro sujeto apodado “El robalo”. Todos prófugos de la justicia.     

Un plan 

Según las declaraciones, Bastidas rompió su relación amorosa y Fernández en un intento por arreglar la situación lo citó. Se encontraron y conversaron. Bajo engaño lo llevaron hasta una zona boscosa del sector Puerto Escondido. Aun dentro de su camioneta  Hiunday, modelo Tucson, hablaron, mientras el resto los esperaban fuera del auto.  

Bastidas no cedió a las peticiones de su amigo, discutieron y Fernández sacó un arma de fuego. En un arrebato le disparó en la cabeza. Lo mató de forma  instantánea. Los otros sujetos ayudaron a desaparecer el cuerpo y enterrarlo en un lugar cercano. La camioneta fue abandonada en el mismo sector, pero luego regresaron a quemarla para borrar cualquier evidencia. 

Los vecinos notificaron la novedad de la camioneta pero los cuerpos de seguridad pero relacionaron el caso como cualquier otro auto robado sin relacionar el hecho con la desaparición del ingeniero, mientras que los parientes de la víctima lo buscaban desesperado.  Aseguraban que era hombre honesto y nunca estuvo en malos pasos, sólo esperaban encontrarlo con vida.  La última vez que lo vieron con vida fue cuando salió a trabajar  en La Salina.

Bastidas era natural de Acarigua, estado Portuguesa y vivía en la urbanización Las Cúpulas de Cabimas. 

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