Dos delincuentes raptaron a Yoeldry Antonio Rodríguez Morán (34) en el barrio Nuevo vivir. Su cadáver presentaba impactos de bala
El torrencial aguacero que cayó, hoy en Maracaibo, no impidió que los familiares de Yoeldry Antonio Rodríguez Morán (34) se acercaran a la morgue para reclamar su cadáver. La tristeza era colectiva, se abrazaban entre sí, lloraban y gritaban cada vez que recordaban a los dos delincuentes que lo mataron.
Tibisay Rodríguez, hermana del occiso, al verse rodeada por los medios de comunicación, les pidió que respetaran su dolor, “no era el momento indicado para dar declaraciones”. Media hora después cambió de opinión, con los ojos llenos de lágrimas relató cómo había ocurrido el asesinato.
El reloj marcaba las 9.30 de la noche, cuando dos jóvenes encapuchados tocaron la puerta principal de una casa ubicada en el sector El Corrienton del barrio Nuevo Vivir, en la Isla de Zapara. La esposa de la víctima se asomó por la ventana y les preguntó qué deseaban, los antisociales respondieron: “Buscamos a tu marido, necesitamos conversar con él”.
Los nervios la invadieron, buscó a sus hijos y salió de la vivienda, sin imaginar que los hampones la siguieron hasta la residencia de su progenitora. El infortunado no estaba, en medio de la incertidumbre caminó por las calles, debía encontrarlo para prevenirlo, detalló un allegado a la familia, cuyo nombre no mencionó.
La búsqueda rindió frutos, la víctima conversaba con su primo a escasos metros de la casa donde vivía. Cuando vio llegar a la muchacha quedó sorprendido, sudaba, tartamudeaba, le temblaban las manos, lo único que pudo alcanzar a decirle es que unos vándalos querían conversar con él.
Emboscada mortal
El vendedor de yuca la miró a los ojos, le pidió que conservará la calma y volviera a junto a los pequeños. Una vez que la dama se marchó, salió en compañía de su primo, caminaron cuadras hasta llegar al sector Los Médanos donde el dúo criminal los interceptó.
“¡Cállate la jeta! Te mandamos a buscar y no fuiste”, dijeron los antisociales mientras desenfundaban un arma de fuego y lo obligaban a embarcarse en una lancha que tenían anclada en la orilla. El pariente del fallecido corrió despavorido, detrás del tronco de un árbol seco observó cómo se perdían en las aguas del Lago de Maracaibo.
El pasado sábado a las 7.00 de la mañana, los pescadores hallaron el cuerpo sin vida del muchacho, flotaba boca abajo con los brazos y las piernas semi doblados.
Los detectives del Eje de Homicidios de la Policía científica confirmaron que presentaba heridas producidas por un arma de fuego.
Mientras la Guardia Costera remolcaba el cadáver hasta el muelle donde aguarda una comisión de la Policía científica, los habitantes del barrio Nuevo Vivir salieron de sus casas para saber qué había sucedido. Al escuchar la conmoción la pareja de la víctima salió también, lloró cuando lo vio tendido sobre la arena con el rostro ennegrecido.
enero 25, 2025 - 5:50 pm
