Cuando
De seis balazos en el rostro mataron ayer, a la 1.00 de la madrugada, a Henry Antonio Vera Ferrer (40). Conducía un bus amarillo y verde, placa 09AI8FV, de la ruta La Concepción- La Paz, por la avenida principal del sector La Orqueta de León, parroquia José Ramón Yépez del municipio Jesús Enrique Lossada. Los compañeros del occiso aseguraron que nunca tuvo problemas con nadie, era amigable y respetuoso.
Según los parientes, Henry tenía una rutina desde hace una semana. Comenzaba a trabajar desde las 4.30 de la mañana. Pero ayer decidió irse más temprano, debía cambiarse la ropa y recoger al colector que vive cerca de la parada de los buses, en La Paz. En el trayecto lo mataron. Presumen que los delincuentes subieron a la unidad en el primer reductor de velocidad, a pocos kilómetros de la casa de su ayudante.
El cuerpo del chofer cayó sobre el volante y luego se desplomó hacia la izquierda; los sesos se le salieron, cubrían parte del asiento, la sangre que le corría por la cara, los brazos y el pecho se deslizaban por su ropa hasta llegar al piso metálico, donde se formó un gran charco. Al mirar hacia abajo era posible observar huellas de pisadas, una cotiza plástica azul quedó tirada en el primer escalón del bus, así lo detallaron los curiosos.
Al escuchar la detonación, los vecinos salieron de sus casas para saber qué sucedía, no se veía nada fuera de lo normal, solo un bus mal estacionado a la distancia. Decidieron aproximarse a él, la escena no podía ser peor; mujeres, hombres y niños comenzaron a gritar, de inmediato buscaron a un militar que vive en la zona para que llamará a la Policía científica.
Cuando los conductores de los autobuses salieron de la parada para iniciar el recorrido matutino desde La La Paz hacia Maracaibo hallaron en el camino la buseta de su compañero, estaba rodeada por la comunidad. Uno de los choferes se bajó, escuchó los comentarios. “Mataron al ‘Platanote'”, repetían una y otra vez.
Extendió los brazos hacia el cielo, luego los llevó a su cabeza, corrió para avisarle a los demás. Justo en ese momento llegaron los funcionarios de la Policía científica para llevarse el cadáver.
Con la mirada perdida y los ojos llenos de lágrimas, la esposa de Henry miraba el bus donde lo mataron, vivieron juntos por 20 años hasta que se separaron. Recordó que le había sido infiel con distintas mujeres, lo descubrió y terminó la relación. Al enterarse de su asesinato se acercó a la morgue.
Hasta el momento los detectives del Eje de Homicidios manejan como móvil el ajuste de cuentas, sin descartar otras hipótesis. Aunque los conductores juran que se trate de un robo.