Asesinato por tortura: Crimen abominable

Las dictaduras de cualquier signo ideológico, sea de extrema derecha,  de extrema izquierda o del centro, utilizan la tortura como medio de castigo físico y mental para someter a los presos políticos, para hacerlos hablar en contra de su voluntad o simplemente como trato cruel a sus adversarios

Los regímenes totalitarios o con tendencia a serlos, no reconocen derechos a los privados de libertad  por razones políticas o disidencia con la dictadura imperante en cualquier país del mundo. Es un guión universal, con matices diferenciales, pero en el fondo muy parecidos en las prácticas desconocedoras de los derechos humanos. Las dictaduras de cualquier signo ideológico, sea de extrema derecha,  de extrema izquierda o del centro, utilizan la tortura como medio de castigo físico y mental para someter a los presos políticos, para hacerlos hablar en contra de su voluntad o simplemente como trato cruel a sus adversarios. 

La historia mundial desde años ancestrales es abundante en estos lamentables episodios de malos tratos a los seres humanos por diferentes regímenes violadores de los derechos humanos. Atrocidades como el holocausto, los campos de concentración  nazi y estalinistas son los casos por excelencia de estos extremos violatorios de los derechos humanos. Después de la Segunda Guerra Mundial se fueron estableciendo estatutos legales universales de defensa de los derechos humanos, como el Estatuto de Roma, la Corte Penal Internacional de La Haya, entre otros protocolos de carácter universal. 

En América Latina, tenemos un historial particularmente acentuado desde inicios del siglo XX de regímenes autoritarios militares y algunos civiles,  violadores de los derechos humanos.  El más longevo que nos queda es el cubano de los Castro que lleva 60 años oprimiendo al pueblo cubano con pobreza general y represión sistemática de cualquier disidencia. La dictadura cubana tiene también un historial de intervención en nuestros países apoyando la insurgencia guerrillera. Venezuela fue víctima con saldo de muchos venezolanos muertos y heridos de la guerrilla castrocomunista en los años sesenta del siglo XX. 

El primer país que visitó Fidel Castro a raíz de derrotar la dictadura de Fulgencio Batista, fue precisamente el nuestro, codiciando su riqueza petrolera. Lo que no pudo Fidel Castro apoderarse de parte de nuestro petróleo a través de la violencia que apoyó con armas, soldados y logística militar, lo alcanzó pacíficamente por el entreguismo de Hugo Rafael Chávez Frías a las ambiciones del dictador cubano. El comunismo es tan improductivo y empobrecedor que no ha logrado el desarrollo de Cuba a pesar de recibir durante 31 años el subsidio soviético de unos cinco mil millones de dólares anuales y en 20 años del régimen chavista-madurista ha recibido más de 60 mil millones de dólares en petróleo y otros productos. 

La injerencia castrocomunista en la Venezuela de hoy ha venido haciendo mucho daño a nuestro país, sus organismos de inteligencia y contrainteligencia han venido diezmando a nuestra Fuerza Armada, además  de su descarada intervención en nuestra inteligencia, en las notarías y registros, identificación, etc.  Aquí cabe recordar que esta injerencia acompañada de militares, es sustentada con dinero venezolano, aparte del regalo de unos 80 mil barriles diarios de petróleo en estos 20 años. Quizás lo más grave de todo es la injerencia en procedimientos represivos como las torturas, fabricación de delitos para enjuiciar a opositores, en las cuales el castrocomunismo tiene vasta experiencia en sus 60 años de empobrecer con mucha represión al pueblo cubano.

Las torturas físicas y psicológicas a nuestros presos por razones políticas se han venido haciendo sistemáticamente cotidiano, siguiendo el guión cubano acendrado en los 60 años de tiranía totalitaria de los Castro en Cuba. Vasta citar varios casos emblemáticos que han venido ocurriendo recientemente para expresar la gravedad de los crímenes de lesa humanidad en la patria de Bolívar, hoy mancillada por este régimen narco criminal. El año pasado el concejal Fernando Albán, se les muere en las bestiales torturas y lo lanzan desde un décimo piso para afirmar ipso facto que se había suicidado, tal como lo afirmara el fiscal del Gobierno sin investigación alguna. Otro crimen abominable es el del Capitán Rafael Acosta Arévalo, lo llevan en silla de ruedas en muy malas condiciones por las viles  torturas que le propinaron salvajemente, están tramando otra farsa con sus explicaciones fabricadas.        

El asesinato de Rodolfo González, a quien le inventaron que se había ahorcado, lo ahorcaron los esbirros del régimen. El concejal Carlos Andrés García, que murió como consecuencia de no tener asistencia médica, como ha ocurrido con unos cuantos casos. Las desapariciones forzosas están  también a la orden del día. ¿Qué más hace falta para que la sociedad toda, su FANB y todos en general actuemos con la ayuda internacional hasta que caiga la tiranía?

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