Johan Carvajal, director de Policabimas, informó que detuvieron a ocho personas por incurrir en el delito de contaminación sónica. “Solo el pasado domingo hubo ocho vehículos retenidos porque sus dueños incurrieron en el delito”, dijo
La feliz convivencia entre los vecinos se fractura cuando uno de ellos escucha música con un alto volumen que perturba la tranquilidad del resto. La mayoría de los casos se registran durante los fines de semana. Johan Carvajal, director de Policabimas, informó que detuvieron a ocho personas por incurrir en el delito de contaminación sónica. “Solo el pasado domingo hubo ocho vehículos retenidos porque sus dueños incurrieron en el delito de contaminación sónica, obstrucción del paso peatonal y otros por conducir en estado de ebriedad, todos los propietarios deben cancelar la respectiva multa para que las unidades les sean entregadas sin inconveniente”.
Explicó que las personas pueden interponer la respectiva denuncia vía telefónica. Los funcionarios adscritos al cuadrante de la zona acuden hasta la vivienda. Notifican sobre las molestias y las sanciones a las que están expuestos. Realizan una pequeña charla preventiva y acuerdan que el victimario debe bajar los decibeles al equipo, de reincidir el vecino debe denunciar de nuevo, y es cuando los funcionarios actuantes imponen las respectivas sanciones.
Luis González, ambientalista y quien fungió como asesor en la creación de las ordenanzas municipales en materia de ambiente, explicó que la Ordenanza sobre la Conservación, Defensa y Mejoramiento del Ambiente refiere que, en su II capítulo, se establecen las normas para la utilización de los ruidos en sitios públicos y privados. “La norma refiere la escala de decibeles a las cuales se debe escuchar la música para evitar molestias, así como las multas a aplicar a los ciudadanos que la incumplan. Los infractores naturales deben pagar 10 Unidades Tributarias y los jurídicos hasta 200 unidades”.