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Los venezolanos están agobiados. A pesar del intento comunicacional del Gobierno para evitarlo, la crisis económica, política y social no ha pasado desapercibida. Así se constata en el estudio del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), que registró en el primer semestre de 2015 al menos unas dos mil 836 protestas (un promedio de 16 diarias en todo el territorio nacional).
A diferencia del primer semestre de 2014, cuando la mayoría de estos reclamos se caracterizaron por demandas políticas, en este lapso las personas tomaron las calles para exigir principalmente derechos sociales, evidenciando el malestar de los ciudadanos con la situación que atraviesa el país.
Destaca en el informe el aumento de las protestas por motivos laborales. Aproximadamente 162 protestas mensuales se dieron en los primeros seis meses del año por este motivo, 50 por ciento más que las registradas en el primer semestre de 2014. La difícil situación económica que atraviesa el país afectó de manera directa a la clase trabajadora, cada vez más imposibilitada a cubrir sus necesidades básicas. Tres aspectos claves fueron el foco de conflictividad de este sector: discusión de contratos colectivos, debilidad del salario y tercerización.
Otra demostración de la disminución del poder adquisitivo de los ciudadanos es el incremento de las protestas para exigir el derecho humano a la alimentación y en rechazo al desabastecimiento y escasez de alimentos, productos de higiene personal y medicinas. El OVCS mostró su preocupación por el aumento de actos vandálicos en contra de abastos, supermercados, farmacias, transportes, almacenes y galpones. En este período se registraron al menos 56 saqueos y 76 intentos de saqueo (132 en total).