“Auxilio, queremos vivir”

Los pacientes renales denunciaron que corren riesgo de muerte en el HUM. (Foto: Josu00e9 Nava)u00a0

Tanques de agua del HUM tienen un año sin lavarse. Están expuestos al excremento de palomas y al viento. De tres a cuatro pacientes mueren “pegados a la máquina” de diálisis semanalmente en el noveno piso

El agua es uno de los elementos más importantes para que un aparato de hemodiálisis funcione correctamente. Es decir, limpiar la sangre de impurezas porque el riñón ya no realiza esta función. Sin embargo, según las denuncias en el Hospital Universitario de Maracaibo, la planta de tratamiento de la sala de Nefrología, donde los enfermos renales reciben su tratamiento, “no reúne ni las mínimas condiciones de higiene”. 

Lo pacientes renales del HUM dijeron ver morir a tantos de sus compañeros que es imposible preguntarse: “¿Cuándo me toca a mí? ¿me tocará mañana o en la próxima diálisis?”. Cada enfermo que llega al centro de salud para dializarse corre el riesgo de contaminación, según denunciaron los pacientes del noveno piso, el centro médico no aplica ninguna medida de asepsia. Un tratamiento de hemodiálisis practicado en estas condiciones, atenta contra la vida de los enfermos renales que tienen las defensas muy bajas y pueden contagiarse con cualquier tipo de enfermedades.

Felipe Sánchez, tiene 17 años, de los cuales lleva tres dializándose en el HUM. Ninguno de sus dos riñones funciona, así que desde el 2014 sube las escaleras que lo lleva a una de las dos salas de hemodiálisis para recibir su tratamiento. Lo hace tres veces por semana, a la 1.00 de la tarde. Él es el mayor de siete hermanos que viven junto a sus padres en Santa Cruz de Mara, aunque es un adolescente entiende perfectamente que su vida corre peligro. “Siempre me hago la diálisis, pero con agua sucia y me da miedo porque no sé qué me pueda pasar”. 

Él viaja solo desde su pueblo. Dice que su papá le da los pasajes “casi todos los días” y cuando no tiene, sus compañeros le colaboran con algo. Analiza la situación y suelta: “La situación está mala aquí. El agua está turbia”.

Impotencia

Cólera, exasperación e impotencia es lo que se siente en las palabras de los pocos pacientes que hacen caso omiso a las amenazas del personal de “seguridad interna” del hospital y se atreven a denunciar. Dorita Hurtado tiene 20 años recibiendo tratamiento, con evidente dolor dijo: “Todos los que iniciaron conmigo en esta batalla murieron por infecciones, porque el agua está contaminada. Mis huesos están deteriorados por la misma causa y nadie hace nada. Nos estamos muriendo y el director solo dice que esperemos, pero ya no podemos esperar más”.

Como “una muerte lenta”, así define la mujer, desde el frente del hospital, el proceso de diálisis. Denunció que hace dos años llegó una planta de osmosis nueva al hospital y “no duró nada por mal mantenimiento”. La paciente dijo que la administración del centro médico no buscó gente adecuada que hiciera el mantenimiento y por eso se dañó. Aseguró que “se murieron más pacientes después que se dañó la máquina”. 

Alarma

El proceso de diálisis debe ser realizado en un cuarto higiénico, para evitar contraer alguna infección en la sangre durante el proceso. El sistema de purificación de agua es crucial, puesto que los pacientes están expuestos a bastantes cantidades de agua, que se mezclan con el baño ácido para formar el dialisato, incluso pueden filtrarse en la sangre trazas de minerales contaminantes o endotoxinas bacterianas. El agua debe chequearse para saber si hay ausencia de iones y cloraminas. Sin embargo ninguno de estos procesos es respetado en el HUM. Yajaira Chivirí, familiar de un paciente, denunció que los dos tanques, en los que se deposita el agua para el tratamiento, “tiene sipa y son tanques azules de plástico ordinarios”. 

Una fuente interna del Hospital Universitario, quien prefirió no identificarse por medidas de seguridad, reveló que los tanques externos del hospital “no se han lavado este año. Esos están en el techo y de ahí se baja agua para los demás tanques, incluyendo los de diálisis. Eso arriba es asqueroso porque hay excremento de palomas, no tienen tapas y hemos conseguido hasta ratas muertas en el agua”. 

La Verdad trató de comunicarse con Samuel Viloria, director del Sahum, para corroborar estas denuncias, pero no fue posible. 

 

Normas

Según normas del Mercosur, el agua tratada que será utilizada en la filtración de sangre de los pacientes renales, gracias a las máquinas de diálisis, debe estar en un estanque de acero inoxidable 316 con pulido espejo, para que nada se pegue, sin ranuras ni bordes, y deberían estar a 80 grados de temperatura, de tal manera que no se contamine microbiológicamente el líquido. Pero en el IPS los estanques son de fibra de vidrio, sin tapa y con ranura.

CIFRAS 

3 pacientes pueden morir semanalmente 

9 pisos deben subir los pacientes por falta de ascensor 

140 pacientes son los que se realizan el tratamiento en la sala de Nefrología

 

“El piso, los baños, todo está sucio y los obreros barren mientras le ponen el catéter a los pacientes. Siempre fue igual, ahí el que se muere, se muere y punto. De nada sirve denunciar nada”. Karina Báez. Esposa de un paciente fallecido 

 

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