
El
Descalzo, cubierto con una sábana y lleno de sangre permaneció el cadáver de José David Amesty Portillo (17) frente al punto de Atención al Ciudadano de la Guardia Nacional, en la parroquia Coquivacoa, durante cuatro horas y media. Dos integrantes de la banda La Tribu lo mataron por no pertenecer al barrio Milagro Norte.
Al adolescente lo mataron a las 11.00 de la mañana. Su abuela, Zulay Rondón, explicó que su nieto residía en La Cañada de Urdaneta y llegó al barrio para visitar a su mamá y su hermana, quienes alquilaron una casa desde hace 15 días, y le ofrecieron hacer un trabajito de construcción.
Los vecinos comentaron que el muchacho subía a buscar unas herramientas cuando el “Way” y el “Feo” lo sometieron. Lo arrodillaron, le dispararon en el rostro y le tomaron fotografías para celebrar. La banda de Los Triberos estableció en la barriada que ningún “hombre podía entrar a su territorio”.
El muchacho se desangró en la vía. Ninguno se atrevió a auxiliarlo. Una docena de vecinos se apiadaron de la víctima, cargaron el cadáver y lo acomodaron en la calle 36 y 40 frente al comando de la Guardia Nacional. A los azotes no les gustó la intervención y dispararon al aire, mientras la comunidad bajaba el cerro con el cuerpo.
Doce militares se formaron en la calle y protegieron los restos de Amesty hasta que cinco funcionarios de la Policía científica llegaron para investigar sobre el crimen.
Runiel Amesty y Mariluz Portillo, padre del adolescente, no pararon de llorar. Trabajaban cuando se enteraron del asesinato. Abandonaron sus labores y llegaron a Milagro Norte. No se apartaron de la calle hasta las 4.00 de la tarde cuando montaron el cuerpo en la furgoneta.
Unos 80 vecinos coincidieron en sus denuncias. En su barrio “no pasa la Guardia, solo asesinos”.