Con cinco cambios de vestuario, coreografías para cada tema y un elenco de 10 bailarines, los Backstreet Boys se presentaron con un concierto de alto nivel técnico
Después de 21 años de espera, el público chileno se reencontró la noche de este jueves con los Backstreet Boys, que sigue levantando pasiones entre los espectadores del Festival de Viña del Mar, que agotaron en dos horas las entradas del concierto de esta banda estadounidense.
Las adolescentes que en los 90 escuchaban Everybody crecieron, pero eso no impidió que media hora antes de que empezara el concierto, la Quinta Vergara estuviera repleta y se escucharan los primeros gritos de un público ansioso por verlos.
Para Brian, Kevin, Nick, AJ y Howie, los cinco integrantes de esta boy band, los años también pasaron, pero ofrecieron un espectáculo con el que demostraron a sus fieles seguidoras que aún tienen mucho que ofrecer.
Con cinco cambios de vestuario, coreografías para cada tema y un elenco de 10 bailarines, los Backstreet Boys se presentaron con un concierto de alto nivel técnico.
Entre espeso humo, los que fueron cinco ídolos adolescentes, saltaron al escenario para empezar con los temas The one y Get down.
“Tardamos mucho en volver a Chile pero esperamos regresar pronto. Esta noche los vamos a llevar por un viaje de 26 años de carrera. Escucharemos todos nuestros hits y algo del nuevo álbum DNA”, anunció AJ McLean a las 15 mil personas que llenaron las gradas del anfiteatro del Festival de Viña del Mar.
En 2018, la banda sacó un adelanto de DNA con el sencillo Don’t go breaking my heart, que estuvo nominado a mejor canción de un grupo en los últimos premios Grammy.
Con este tema, el grupo se volvió a situar en la lista de éxitos, tras 10 años sin lograr una repercusión similar, y ya anunciaron el inicio de una gira mundial que comenzará en mayo y con la que aseguraron que volverán a Chile y Sudamérica.
El repertorio de la noche se centró en las canciones que millones de adolescentes cantaron para entender sus primeros amores o desengaños como Shattered o Show me the meaning.
Los cinco artistas, que ya rondan la cuarentena, se atrevieron a cantar la primera estrofa en español de la canción I will never break your heart, de la que tienen una versión llamada Nunca te haré llorar.
Desde hace dos años, esta banda tiene un show permanente en Las Vegas y esta práctica se vio en el dinámico espectáculo, con cambios de vestuario constantes y coreografías perfectamente coordinadas con sillas y bastones.
Kevin Richardson, quien se ausentó del grupo entre el 2006 y 2012, fue el que más se emocionó con el público que lo aclamó ante sus palabras: “sabemos que hay muchos países de Sudamérica que nos están viendo por televisión y nos sentimos muy honrados de estar aquí. Es un privilegio”.
As long as you love me, Inconsolable y Don’t go breaking my heart no faltaron en este viaje por el tiempo con el que la banda llevó a un público totalmente entregado.
En la recta final del concierto, que se extendió durante 90 minutos, los presentadores les hicieron entrega del máximo galardón de la noche: la gaviota dorada.
La noche culminó con sus grandes éxitos Everybody y I want it that way, que Brian Littrell acabó con un “I want it in Chile’s way” como un guiño al público que estuvo 21 años esperándolos.
La quinta jornada del Festival de Viña del Mar, que mañana concluye su 60 edición, también contó con la actuación de la cantante chilena de pop Cami Gallardo.