La derrota por 4 a 0 ante el PSG en el partido de ida de los octavos dejó al Barcelona prácticamente eliminado. Hoy buscará el milagro para clasificar. Luis Enrique afirmó que sus jugadores, que vienen de propinarle una goleada al Celta de Vigo de 5 por 0, están “bien de ánimo y con el rendimiento mejorado
Si bien contar con Messi te da una ventaja sobre el resto de los equipos, la hazaña que tiene que lograr hoy (3.45 pm) el Barcelona ante el PSG no es fácil. Los azulgranas deberán superar un 4 a 0 en contra, que le propinaron los franceses en París.
A los de Luis Enrique les alcanza con cuatro goles para ir a tiempo extra y cinco para clasificar. Sin embargo, de recibir uno tendrá que hacer seis por su condición de local.
Todo pinta en contra para los culé, pero el entrenador español es optimista. “Estamos solo a mitad de eliminatoria y, si un rival puede marcarnos cuatro goles, nosotros le podemos meter seis, pero eso no significa que vayamos a volvernos locos mañana”, declaró durante la rueda de prensa previa al encuentro.
“Nos centramos en qué cosas hemos de hacer para obtener el resultado, no en el resultado. Así es más fácil llegar al resultado”, expresó el estratega, que cree que “en 95 minutos pueden pasar infinidad de cosas”, por lo que él y su grupo de jugadores tratarán de “provocar que las que sucedan sean todas favorables”.
Un Camp Nou en llamas
Por otra parte, el asturiano sostuvo que no piensa pedir calma a la afición, pues “el Camp Nou debe ser una olla a presión 20 minutos antes de que empiece el partido. Necesitamos un Camp Nou a reventar, hiperalertado e hiperexcitado, y nosotros a hacer nuestro trabajo, con cabeza y sabiendo lo que nos hace falta”.
Sobre una hipotética tanda de penal, comentó que no la tomó como prioridad y que “los jugadores que pueden tirar los penaltis ya saben quiénes son”.
“Con Marc (ter Stegen) no he hablado, porque si hay penaltis solo tiene que pararlos, así que no es muy difícil lo que tendría que decirle, y ensayar penaltis es tan irreal… no los hemos ensayado nunca”, explicó.
El Parque de los Príncipes fue un verdadero infierno para el Barça en el partido de ida. Ahora, los parisinos deberán visitar una de las plazas más difíciles de toda Europa, para demostrar que lo conseguido en el primer juego no fue suerte. Mientras tanto, los locales están obligados a mostrar su mejor versión, pues una eliminación en octavos de esta competición sería un fracaso más que evidente para una de las mejores plantillas del planeta.