Carlos
Los barrotes del Centro de Arrestos Preventivos en la Costa Oriental del Lago no son impedimento para que desde el interior del recinto penitenciario se cometan delitos; los líderes negativos dominan las extorsiones, el robo de vehículos incluso el de residencia tipo comando, pero detrás del hierro grueso y fuerte también existe una larga lista de abusos de los derechos humanos de lo que son expuestos los aproximados mil 300 internos.
El 16 de septiembre cumplió cuatro años que al lugar lo convirtieron en la única cárcel en Zulia. Con la medida, provocaron no sólo el hacinamiento en los cuatro pabellones, sino que adicional, los reclusos que esperaban la ejecución del juicio se mezclaron con los que cumplen condena. En marzo contabilizados habían mil 231 hombres y 98 mujeres; de los cuales mil 156 son procesados y 173 penados, esta cifra pudo variar en el segundo trimestre del año.
El hacimiento es descontrolado. Son cerca de mil 300 los reclusos. No hay espacio. Algunos se pasean libremente en el área frontal del recinto. La custodia es mínima y la vulnerabilidad de fugas es alta, incluso, en la mayoría de los casos existe complicidad interna. En el primer trimestre del año se registró un total de 43 reos fugados, de los cuales 28 siguen evadidos.
Carlos Alberto Nieto Palmar, coordinador general de la organización no gubernamental “Una Ventana a la Libertad”, denunció, ayer, la grave crisis penitenciaria en Venezuela en audiencia de la comisión Interamericana de los derechos humanos, celebrada en Montevideo, Uruguay. Donde discutió sobre la violencia, seguridad ciudadana, el hacinamiento que supera el 350 por ciento en el país, además de los graves problemas de desnutrición y la proliferación de enfermedades infecciosas en los recintos penitenciarios y calabozos policiales.
En el país hay más de cien mil privados de libertad, según datos ofrecidos en la página web www.unaventanaalalibertad.org, un elevado número yacen en los calabozos policiales que son centros transitorios donde el recluso sólo debería estar de paso por 48 horas mientras se fija la audiencia de presentación tras cometer un delito punible. El incremento es de 300 por ciento. “Es sumamente grave lo que se vive dentro de los calabozos. En lo que va de año van ocho muertos por desnutrición. Los presos se están muriendo de hambre”.
Y es que el hacinamiento, la falta de ventilación, ausencia en suministro de agua por tuberías y de áreas donde realicen las necesidades fisiológicas aumenta la probabilidad de la incidencia de infecciones; entre ellas, el registro de enfermos con tuberculosis pulmonar y gonorrea.
En el Centro de Arresto y Detenciones Preventivas en la subregión del occidente venezolano la data exacta de los reclusos dentro del área de aislamiento no estaba confirmada por las autoridades correspondientes, hasta la madrugada del lunes cuando se registró la fuga masiva. En total eran 14, 13 lograron evadirse mientras que uno de sus compañeros quedó en el área, fue descubierto cuando intentaba recobrar la libertad y se enfrentó con los custodios, cayó malherido y falleció minutos después.
A inicios de este año una fuente del recinto confirmó a La Verdad que había cerca de una veintena de reclusos que las autoridades del recinto penitenciario se vieron en la obligación de aislarlos, seis ya murieron durante este año tras presentar tuberculosis pulmonar.
El cronograma de jornadas de asistencia médicas dispuesto para la población penitenciaria, en especial para los enfermos, no bastó. Los parientes, denunciaron en reiteradas ocasiones, aunque bajo el anonimato para evitar represalias contra el interno, que éstos no reciben medicamentos y tampoco el área cuenta con las condiciones requeridas, sin contar, que el resto de la población penitenciaria e incluso los que acuden los días de visita, los miércoles y domingo, también están expuestos. La sensación de desprotección también se cruza entre los barrotes.
Según fuentes policiales el pánico se apoderó de los aislados luego que su compañero de celda Deivis Ramón Colina Montiel, de 38 años, se convirtiera en la sexta víctima y falleciera a las 10.00 de la mañana del día anterior de la evasión. Pese al llamado de auxilio, el caso no fue atendido a tiempo y el cadáver permaneció varias horas dentro del recinto. El miedo a la exposición de la muerte, según los expertos en materia carcelaria, pudo ser la causa principal para arriesgarse a una fuga masiva.
Durante los procedimientos policiales en el que liquidaron a ocho de los evadidos que participaron en la fuga masiva de este lunes, detectives del Eje de Homicidios de la Policía Científica en Cabimas incautaron ocho armas de fuego. Los enfrentamientos se produjeron en El Mene, en Santa Rita, y en el sector Francisco de Miranda de Cabimas. Los primeros identificados por los familiares fueron Eugenio Rodolfo Guillén Báez (robo agravado), Heraldo José Amaya Pérez (robo agravado), Rafael Segundo Almarza Bracho (robo de vehículo y porte ilícito) y Diego Armando Rojas Ramos (robo agravado).
La lista del resto de los fugados la dieron a conocer horas después. Se trata de Junior José Paz Gutiérrez, Abel José Hernández Hernández, Marwin de Jesús Hernández Malsan, Ramón José Chirinos Rincón, Darwin José Díaz Carreño, Engerberth José Sánchez Montiel, José Gregorio Montiel Ríos, Luis David Franco Mergarejo, Víctor Ramiro Rojas Martínez y Engerberth José Sánchez Sánchez. Cuatro de ellos permanecen en la morgue del hospital Adolfo D`Empaire a la espera de ser reconocidos por sus parientes. En el momento del careo no portaban documentación personal. Mientras tanto, una comisión mixta, ejecutó un cerco policial para recapturar al resto de los evadidos.
Nieto Palma finaliza su entrevista desde Uruguay, y afirma que “en los recintos penitenciarios ni en las calles hay suficientes policías. “La mayor crisis carcelaria en el país se presenta en el Zulia ante la ausencia de cárceles y el colapso en los calabozos policiales donde también pernota una población enferma”.