La basura, el petróleo y el verdín, tres asediantes silenciosos que le han quitado al Lago de Maracaibo la magia de sus orillas. Sin falta, estos invasores dirigen su rumbo a las riberas, donde además de quitarle su belleza comparten hospedaje con comunidades pesqueras. Consigo, traen desidia, enfermedades y olores nauseabundos.
En estos poblados, el relajante sonido de las olas cuando chocan contra la arena está casi extinguido, y el agua ya no refleja pureza ni vida. La característica simpatía de las comunidades humildes está en vilo, y la preocupación toma protagonismo entre los vecinos.
Para esta segunda parte de la serie Tesoro Olvidado, el Diario La Verdad recorrió varias localidades para conocer de primera mano las condiciones de vida de quienes habitan en las costas del estuario zuliano.
“Ya el Lago no es lo que era”, fueron las contundentes palabras de Mayeli Parra, quien vive en las cercanías de la Playa Oceanía, ubicada en el sector El Bajo, de San Francisco.
La mujer, que trabaja como procesadora de camarones y pescado, vive con su hija, su yerno y sus tres pequeños nietos, quienes, al jugar afuera, suelen llenarse sin querer los pies de petróleo.
La lluvia se convirtió en un potencial adversario, ya que cada vez que la marea sube, con ella se alzan los desechos sólidos y el petróleo. Además, la arena se tiñe de verde por la cianobacteria Microcystis aeruginosa.
“(Esto) me ha afectado como procesadora, como habitante, como madre, como todo”, manifestó Parra, que al momento de la entrevista se encontraba en plena faena.
Señaló que esta situación se debe al descuido de Petróleos de Venezuela (Pdvsa). “Cada vez que hay derrame, viene todo eso de un caño y viene a estas playas más cercanas”, explicó.
A lo lejos, estaba su yerno, Alberto Tillero, quien antes era pescador, pero dejó la actividad tras sobrevivir a un robo lacustre. Cuestionó que mientras la estatal “más intenta arreglar, más petróleo sale”.
Oasis de enfermedad
En Maracaibo está el Puerto de Pescadores El Milagro, donde habita una pequeña comunidad de alrededor de 20 personas.
Al entrar, un repelente olor penetra las fosas nasales de quienes no están acostumbrados a vivir en las cercanías del Lago, y las ganas de vomitar aparecen de forma casi instantánea.
Durante el día de la visita, el verdín dejó su estado líquido y pasó a ser una capa sólida, la causante del tal hedor. Ante tan deplorable situación, una sola pregunta surge: ¿Cómo se puede vivir así?
Jesús Briceño es uno de los moradores de esta localidad, y contó a La Verdad que desde hace días padecía de fiebre y congestión en el pecho luego de que el verdín pasara a un estado sólido y pestilente.
“Yo fui al médico, y me preguntaron si había algo ambiental que me estuviera afectado. Y yo lo que hice fue que me reí (…) Ya ustedes pueden ver cómo está esto de espeso”, mencionó.
Mario Chacín también reside en este Puerto de Pescadores, y relató que las autoridades no se han presentado para hacer algún tipo de saneamiento. “Dicen que sí vienen, pero no han venido a limpiar”.
Comentó que los niños han presentado erupciones en la piel a causa del mal olor. “Hiede como a pupú”.
Aunque el enemigo potencial de esta comunidad es el verdín, la basura petrolizada se ha apoderado de las orillas de Playa Macuto, una vecindad pintoresca con más de 100 habitantes que también son víctimas de la negligencia.
“Nos salen manchas en los pies”, afirmó Darwin Castellano, vocero de Ecosocialismo de la comunidad.
Al preguntarle sobre la presencia de las autoridades, aclaró que se ha hecho un trabajo conjunto entre el Ministerio de Ecosocialismo (Minec) y el Instituto para el Control y la Conservación de la Cuenca del Lago de Maracaibo (Iclam). Explicó que Pdvsa sí se ha hecho presente en el lugar, pero los esfuerzos no son suficientes.
“De verdad que nosotros necesitamos ya darle un parado a este derrame petrolero y a este verdín (…) a medida que van pasando los días, (la situación) se va empeorando”, resaltó.
Al igual que en Playa Oceanía, Castellano comentó que cada vez que llueve es una odisea, ya que el agua suele arrastrar los desechos sólidos hasta las cañadas, que desahogan en el Lago.
“Esto acá es una ensenada, y cuando la marea sube, ella (la basura) llega hasta acá arriba, y cuando la marea baja, la basura nos queda a nosotros arriba en nuestro territorio, en nuestra orilla de la playa”, declaró al Diario La Verdad.
Mencionó que Pdvsa les entregó una malla para colocarla en la bahía, y que tanto la basura como el petróleo no lleguen hasta la orilla. Sin embargo, indicó que es un tema complejo de “quitar y poner”, además que no soluciona el problema de raíz.
“Aquí lo que tenemos es que tener una limpieza permanente, una batalla contra la contaminación”.
Yelitza Josefina Mora, líder de comunidad, señaló que inclusive han tenido casos de neumonía como consecuencia del hedor.
Súplicas no escuchadas
En Playa Macuto también vive Karelis Delgado. Su casa es la que está más cerca de la orilla del Lago, y por lo tanto es una de las más perjudicadas. “Esto está full de petróleo”.
¿Su súplica? En primera instancia que coloquen una cuadrilla permanente que vigile y haga limpiezas constantes para que la basura no invada de forma abrumadora el lugar.
Como segunda opción, pidió a las autoridades la donación de rastrillos, guantes y palas, para ellos mismos encargarse del saneamiento.
Datos de alarma
Para septiembre de 2023, el Observatorio de Ambiente de la oenegé Fundaredes reveló que el verdín llegó a cubrir el 70 % de las aguas del Lago de Maracaibo, junto a derrames de petróleo y desechos sólidos.
En su informe titulado Negligencia ambiental en el Lago de Maracaibo, y que fue publicado ese mismo año, explica que la extracción y transporte de crudo, aunado a la contaminación por residuos orgánicos, fertilizantes y drenajes pluviales, ocasionaron un 5 % de disminución de peces.
La oenegé Provea, por su parte, aclara en su página web que el verdín “no es un fenómeno natural”, sino que es el resultado de los derrames petroleros y las aguas servidas de las industrias.
Según el Observatorio Venezolano de Derechos Humanos Ambientales, durante el primer trimestre de 2024 se registró un total de 18 derrames de hidrocarburos, de los cuales los tres estados más afectados fueron Anzoátegui, Falcón y Zulia.
La mayoría de estos derrames, reseña la organización no gubernamental, se reportaron en el Golfete de Coro y el Lago de Maracaibo.
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