Este tipo de economía informal de mercancía usada ha crecido vertiginosamente en Cabimas. Algunos de sus propietarios incursionaron en el mercado hace dos años. Otros comenzaron a mitad del semestre
Carmen Zárraga, es una madre de tres hijos; Adrián, de 10 años, Javier de cuatro y Samantha, de seis años. Es profesional en Computación de Sistemas que labora para una empresa sólida, pero que en el último trimestre mostró inestabilidad tras los anuncios presidenciales de aumento salariales por vía decreto. Pese a su sueldo, le preocupa sus finanzas para cubrir las necesidades básicas en el mes decembrino, por lo que se ha convertido en fiel compradora de los bazares. Alternativa que se fortalece en los últimos años y que permite contrarrestar la crisis económica de las familias cabimenses.
"Siempre he dicho que las navidades son para los niños. Los estrenos y regalos eran prioridad. A duras penas ahora uno puede cubrir los gastos de las necesidades básicas. Busco en bazares ropa y juguetes usados económicos que me ayuden a contrarrestar la realidad que afecta mi economía. Algunos bazares son buenos, otros no tanto, pero siempre consigo algo que es útil. Yo los recorro y observo con mucha atención que merece la pena comprar".
En crecimiento
Este tipo de economía informal de mercancía usada ha crecido vertiginosamente en Cabimas. Algunos de sus propietarios incursionaron en el mercado hace dos años. Otros comenzaron a mitad del semestre. “Vendemos lo que tenemos para poder comer”, dijo Ana Suárez, en La Montañita.
Venden y compran mercancía en buen estado. “Este boom se ha convertido en una alternativa que no podemos desaprovechar mientras estemos desempleados", reacción de Luis Hernández, en pleno casco central, ante la pregunta de las ventajas y desventajas de este tipo de comercio improvisado.
Números preocupantes
Ricardo Acosta, presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Cabimas (Caico), explicó que en 70 por ciento ha bajado las ventas en el comercio formal de los productos tales como, ropa, calzado, juguetes, electrodomésticos; entre otros. Y 20 por ciento en el consumo de alimentos. “Las personas consumen menos y tras el aumento, que supera el 40 por ciento de los productos colombianos, creemos que seguirá descendiendo".
A su juicio, en vista del impacto económico tras los nuevos anuncios económicos, es poco probable mostrar estimaciones de ventas durante el mes de diciembre. “El comerciante en Cabimas sigue a la expectativa para saber si obtendrá o no ganancias durante este año tan golpeado. Estamos bregando para mantener las santamarías arriba y ofrecer lo que el consumidor requiere".