Betancourt regresa a Colombia para pedir reconciliación

La excandidata presidencial colombiana u00cdngrid Betancourt pronuncia un discurso durante el foro

Íngrid Betancourt regresó este jueves a Colombia para participar en el foro “La reconciliación, más que realismo mágico”. En las afueras del recinto un puñado de críticos le acusaban con carteles de "mal agradecida" por la millonaria indemnización que pidió al Estado y de la que luego desistió

Íngrid Betancourt, excandidata presidencial e icono del secuestro en Colombia, regresó este jueves a su país después de seis años de ausencia para pedir que la sociedad se reconcilie y convierta así en "estable y duradera" la paz que esperan alcanzar en los próximos meses el Gobierno y las FARC.

Su llegada a Bogotá creó una fuerte expectación justificada en parte por los pormenores de su cautiverio, que se prolongó entre febrero de 2002 y julio de 2008, y en parte también por lo controvertido de su figura, considerada antipática por un sector del país a raíz de la indemnización que pidió tras ser rescatada.

Betancourt, que reside en Inglaterra, volvió a Colombia para participar en el foro "La reconciliación, más que realismo mágico", convocado por la Fundación Buen Gobierno, dirigida por Martín Santos, hijo mayor del presidente Juan Manuel Santos, y la Cámara de Comercio de la capital.

Allí expuso ante un auditorio abarrotado su deseo de que la sociedad colombiana tenga "la audacia de confiar en sí misma y abrazar la libertad" que obtendrá cuando llegue la ansiada paz que el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) negocian desde hace más de tres años y medio en La Habana.

La excandidata disertó sobre los beneficios de una reconciliación colectiva que "requiere una transformación cultural y si se quiere espiritual" que se anuncia compleja pero que, según dijo, considera posible alcanzar si, como le sucedió ella, los colombianos son capaces de reconocer al otro.

"Comprendí en la selva que víctimas de la deshumanización (derivada del conflicto) fuimos todos, secuestrados y secuestradores", comentó al recordar algunos de los dramáticos episodios que vivió durante su secuestro en la jungla.

En las afueras del recinto un puñado de críticos le acusaban con carteles de "mal agradecida" por la millonaria indemnización que pidió al Estado y de la que luego desistió.

Su exposición, hilada con recuerdos de su secuestro, que definió como un "tsunami emocional, físico y personal", estuvo salpicada de momentos de emoción de Betancourt y sus oyentes, entre los que figuraba la congresista Clara Rojas, compañera de cautiverio a la que saludó tímidamente, así como otros antiguos secuestrados reconocidos en Colombia, como el exgobernador Alan Jara.

 

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