Biodanza es reconectarse con la vida

No es bailar, es el arte de danzar la vida. Una forma de abordar al ser humano de manera integral, atendiendo la parte física, emocional y mental

Las palabras sobran. Expresar todo con movimientos, despertar el potencial genético que está aletargado por el impacto de la sociedad, la cultura, la educación y hasta la familia, es lo que el individuo experimenta en las sesiones de Biodanza. Conectarse consigo mismo y dejar que el cuerpo se invada de paz y armonía son sensaciones que dejan la práctica de este sistema.

No es bailar, es el arte de danzar la vida. Una forma de abordar al ser humano de manera integral, atendiendo la parte física, emocional y mental. “Es un sistema de integración afectiva, es la poética del encuentro humano”, relata María Dolores Díaz, directora de la Escuela Venezolana de Biodanza del Zulia.

Cultivar la parte sana del individuo es uno de los enfoques de este sistema. No hay discriminación de raza, condición social, política o religiosa. Los niños, adolescentes, adultos y ancianos pueden practicar la Biodanza. “Es muy lindo ver como un niño hace Biodanza. Sus movimientos naturales, espontáneos y enérgicos son el modelo a seguir en este sistema. La manera de danzar de un niño es pura, original, es hermoso”, comenta Díaz.

El efecto de la biodanza es biológico. Estimula el funcionamiento del sistema nervioso central, endocrino e inmunológico. Retrasa procesos de deterioro, previene enfermedades y si la persona ya está declarada enferma, le ayuda a sobrellevar la dolencia.

Una sesión de Biodanza trabaja con movimiento, música y contacto. Primero se conversa sobre la sesión anterior y si es por vez primera, se le indica al individuo que se hará durante la hora y media que dura la sesión. Luego la manera de expresarse verbalmente queda suspendida y el cuerpo y alma deben sentirse comprometidos y entender el movimiento como primer lenguaje de expresión. 

“Practicar este sistema es una invitación más a la vida. Es lo que el individuo piensa, siente y disfruta. Y el primer síntoma de que la Biodanza está haciendo efecto en la persona es que duerme bien”, asegura la facilitadora y didacta.

Cinco potenciales humanos

Reconectarse con el sentir, expresar las emociones, promover el reconocimiento de la propia identidad, colocar límites que favorezcan el crecimiento humano y aumentar la energía vital, son algunas de las ventajas de practicar Biodanza. 

Díaz, quien tiene 25 años de experiencia, explica que la Biodanza toca los cinco puntos potenciales en el ser humano: La vitalidad, donde se despierta esa capacidad de entusiasmo, de afrontar los obstáculos para llegar a donde el individuo quiere y recuperar esa energía necesaria para vivir; la sexualidad que implica el despertar de los sentidos y de la conexión con el placer. 

El reconocimiento de las preferencias y la identidad biológica. La apertura al erotismo; la creatividad que involucra la capacidad de crear la existencia individual siguiendo un modelo propio. Sentirse libre para danzar con plenitud hacia el camino existencial con toda la fuerza creadora; la línea de la afectividad que encierra la capacidad de querer, dar y recibir amor, mirar al otro, escucharlo, expresarle ternura y atención; abrirse a su diversidad. Y finalmente la línea de trascendencia, que es la capacidad de transcender el ego, la identidad individual y de percibir la unidad de la vida, la pertenencia a la totalidad cósmica, de saber visceralmente que el ser humano es una nota en la sinfonía cósmica.

María Dolores Díaz, quien también es magister en Ciencias Humanas, asegura que la Biodanza le da al ser humano la libertad de hacer las cosas desde sus ganas. “Nadie ordena, la persona busca su autorregulación”.

La Biodanza es recomendable para las relaciones interpersonales, enfermedades como el mal de Parkinson y las personas tímidas. El sistema se puede aplicar en las empresas para lograr una armonía entre los trabajadores y nivelar los estados de estrés y construir una red afectiva en sus empleados. A los educadores les ayuda a enfocar sus conocimientos y permitirle ser más fluido con sus alumnos. Le puede dar un aporte más creativo a sus clases. Practicar el sistema en familia es una experiencia maravillosa, señala Díaz.

 

¿Qué es la Biodanza?

BIO proviene del griego Bios que significa vida, y danza, en su acepción francesa, significa movimiento pleno de sentido. Es difícil explicar lo que es Biodanza, pues es una experiencia para vivirla, más que para interpretarla. Al despertar la conciencia del movimiento existencial, la vivencia de la Biodanza conduce a la posibilidad de responder tres grandes preguntas: ¿Qué quiero? ¿Dónde lo quiero? y ¿Con quién lo quiero?

Su creador

Rolando Toro, creador del Sistema Biodanza, en 1.965 realizó experiencias clínicas con pacientes en el Hospital Psiquiátrico de la Universidad de Chile, para observar las emociones que la música y el movimiento puede inducir en las personas. Llegó a la conclusión de que cada perturbación requiere determinados estímulos musicales y que la música tiene un poder curativo capaz de modificar estados físicos y emocionales. La investigación se desarrolló a lo largo de 25 años de confrontación con la realidad, hasta llegar a la elaboración de un modelo teórico científico, de carácter biológico, que, partiendo del potencial genético inherente a los seres humanos, propone unas líneas de vivencia, o necesidades vitales diferenciadas, que las llamó líneas de Vitalidad, Sexualidad, Creatividad, Afectividad y Trascendencia, que permiten y estimulan el desarrollo de dicho potencial genético.

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