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Una jornada de calma transcurre este domingo en un referendo para aprobar o rechazar una reforma a la Constitución que permitiría al presidente Evo Morales una cuarta postulación en las próximas elecciones.
El incidente más serio ocurrió en la ciudad oriental de Santa Cruz, donde electores molestos quemaron ánforas y boletas de sufragio en una veintena de mesas debido a que no habían llegado hasta el mediodía las actas de voto. El tribunal electoral ordenó abrir la votación pasado el medía.
En la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, centenares de policías custodiaban los recintos tras la muerte el miércoles de seis funcionarios en una violenta protesta que alteró la tranquila campaña electoral.
En el resto de las capitales, la presencia policial era escasa. Las calles estaban desiertas; todas las actividades, incluido el transporte público fueron suspendidos para facilitar que la gente vote.
“Mi deseo es que haya la mayor participación ciudadana que esta jornada sea histórica”, dijo Morales tras emitir su voto en su feudo del Chapare, la zona cocalera del centro de Bolivia. El mandatario dijo que esperará los resultados en La Paz.
Un escándalo amoroso que lo compromete y la muerte de los funcionarios hace cinco días han sumido la consulta en la incertidumbre.
Antes de esos hechos las encuestas vaticinaban un empate entre el Sí y el No a la reforma. Si Morales gana podrá postular por cuarta vez en las elecciones de 2019; si pierde su actual mandato que concluye en enero de 2020, será el último.
Al finalizar la jornada de votación el Tribunal Supremo Electoral anunció que dará a conocer resultados parciales. El recuento de votos es manual y podría concluir en la semana. Las cadenas de televisión anunciaron conteos rápidos como en anteriores comicios.