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Uno a uno, los ministros del presidente interino de Brasil, Michel Temer, asumieron este jueves en una ceremonia con aplausos, risas, abrazos… pero algo llamó la atención: eran todos hombres. Y blancos.
La sorpresa no fue sólo porque Temer sustituya a Dilma Rousseff, la primera mujer presidenta de Brasil, suspendida este mismo jueves por el Senado para iniciarle un juicio político por presunto maquillaje del presupuesto.
Rechazan el cambio
En la sociedad brasileña hay una mayoría de mujeres y de personas que se definen a sí mismas como negras o mulatas, según datos de la oficina nacional de estadísticas.
Esa diversidad está lejos de reflejarse entre los 24 hombres designados por Temer, algo que señalan con perplejidad activistas, usuarios de redes sociales, y analistas locales o extranjeros.
"Es un retroceso muy grande", le dijo a BBC Mundo Mauricio Santoro, politólogo de la Universidad Estatal de Río de Janeiro, observando que en años recientes las mujeres y negros habían ganado espacios en el gobierno.
Ahora antiguos colaboradores de la presidenta suspendida, que pertenece al izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), critican el gabinete de Temer.
"Es un retrato de la falta de respeto a la mujer", sostuvo Ricardo Berzoini, otrora ministro de la secretaría de gobierno.
Romero Jucá, que preside el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) de Temer, aseguró que habrá mujeres designadas en cargos de secretarías, que tienen menos relevancia que los ministerios.
De vuelta al pasado
Brasil no tenía un gabinete sin mujeres ministras desde los tiempos del régimen militar: el último fue Ernesto Geisel, que gobernó de facto entre 1974 y 1979.
Rousseff, de 68 años, inició su segundo mandato en 2015 con seis mujeres entre 39 ministros, lo que contrasta con la situación actual, si bien todavía quedaba lejos de reflejar la realidad social brasileña.