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La última vez que Brasil y Paraguay se vieron en Copa América fue en la edición pasada celebrada en Argentina, precisamente en unos cuartos de final y fueron los guaraníes los que sacaron la mejor parte al pasar por penales a semifinales.
Con la necesidad de reinventarse sin Neymar, Dunga planteó un juego inteligente ante Venezuela donde tuvo la posesión de pelota como arma principal. Ahora ante un rival con mayor vocación defensiva, pero con buenos atacantes espera que Willian y Robinho manejen los hilos de la conducción para nutrir el ataque de Firmino.
“No nos incomoda (que se subestime al equipo sin Neymar) porque sabemos de nuestra calidad, lo que podemos hacer por la selección. La respuesta a esos comentarios la tenemos nosotros mismos. Queremos ganar esta Copa América por nosotros, no para demostrarle a alguien que somos capaces”, dijo Willian.
Por su parte, Paraguay sufrirá dos bajas importantes por lesión: el lateral Miguel Samudio y el centrocampista Néstor Ortigoza.
La ausencia de Ortigoza será un duro golpe para la Albirroja, que pierde a su patrón del mediocampo, un jugador con voz de mando, quite y buen pie que le da balance al equipo, algo muy necesario ante un rival de la categoría de los pentacampeones del mundo.
“Es uno de los jugadores que mejor trata la pelota, que mejor salía, nos daba una alta posibilidad de pases”, dijo esta semana Paulo Da Silva, central paraguayo.
Ramón Díaz, técnico de Paraguay, confía en que sus hombres definan el choque más rápido. “Este es un mano a mano. El que se equivoca pierde. El objetivo es pasar, ganar sin ir a los penales y el equipo está para pelear y ganar”, destacó el entrenador.