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Los servicios de investigación y la Policial federal de Bélgica se concentran en la búsqueda de uno de los presuntos autores de los atentados de este martes en el aeropuerto internacional de Bruselas, que junto al de la estación de metro del barrio de las instituciones europeas han dejado 34 muertos y más de 200 heridos.
Las fuerzas de seguridad belgas encontraron un artefacto explosivo, productos químicos y una bandera del grupo terrorista Estado Islámico (EI) en el registro de una vivienda en el distrito bruselense de Schaerbeek, informó la Fiscalía federal de Bélgica.
Un elemento que podría venir a confirmar la reivindicación del EI anunciada por de la agencia de noticias Amaq, vinculada a esta organización yihadista, y con un comunicado del grupo.
Una cámara de vigilancia del aeropuerto de Zaventem, en Bruselas, captó la imagen de los tres supuestos autores de las explosiones, dos de los cuales se habrían suicidado en los atentados.
Fuentes no oficiales apuntaron a que el sospechoso podría ser uno de los cómplices de Salah Abdeslam, arrestado el pasado viernes tras cuatro meses de intensa búsqueda por su vinculación con los atentados del 13-N en París.
En concreto, podría tratarse de Najim Laachraoui, quien según algunos medios sería responsable de la confección de los cinturones explosivos utilizados en los ataques de la capital francesa.
“Es todavía demasiado pronto para establecer un vínculo formal con los atentados de París”, se limitó a decir en rueda de prensa el fiscal federal de Bélgica, Frédéric Van Leeuw.
En maletas
Los presuntos terroristas de los atentados de Bruselas transportaban los artefactos explosivos en maletas que pusieron encima de un carro de equipaje del aeropuerto bruselense de Zaventem, informó hoy el diario “La Dernière Heure”.
El periódico cita al alcalde de Zaventem, Francis Vermeiren, quien dijo que los tres presuntos atacantes del aeropuerto, visibles en una fotografía de una cámara de vigilancia, llegaron en taxi con maletas y dentro “estaban las bombas”.
Según la misma fuente, depositaron sus maletas en un carrito y las dos primeras bombas explotaron.
La tercera bomba, según Vermeiren, fue puesta en una bolsa de viaje encima del carrito, pero al presunto terrorista “le ha debido de entrar el pánico, porque no explotó”.
El taxista que les llevó al aeropuerto recordó que le había extrañado que no le dejaran ayudar con el equipaje, según el diario Het Laatste Nieuws, que indica que el plan original de estos hombres era viajar con cinco maletas a Zaventem.
Los tres hombres habían pedido un coche grande y se enfadaron cuando llegó uno pequeño, en el que no cabían cinco maletas, según el relato del taxista.