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En la vivienda de la calle 96 del barrio Los Claveles se desarrolló el funeral de Brenyer Enrique Bracho Palmar (11), quien se carbonizó el pasado lunes en la escuela primaria Bolivariana Mario Abreu cuando ingresaba al plantel para hurtar. Al estudiante de quinto grado no lo lloraban. Unas 35 mujeres contemplaban inmutables el ataúd y la fotografía de la víctima.
La imagen de “El Rey”, como identificaban al niño cachetón y de cejas pobladas, la resguardaba un portarretrato de madera y reposaba sobre una urna caoba. La sellaron. Ninguno de los asistentes pudo ver por última vez su rostro. Los familiares comentaron que las llamas consumieron por completo al pequeño, no mayor de 1.20 de estatura.
Los presentes, en su mayoría indígenas, no lloraban ni emitían comentarios sobre la conducta de la víctima. Se ocupaban en vigilar el cuerpo, mientras los padres de Brenyer, Karelis Palmar y Balmore Bracho, permanecían en la morgue forense a la espera del acta de defunción.
Defensa
“A Brenyer lo manipularon para hurtar”, se atrevió a decir uno de los parientes al interrogarlos sobre la actuación y la reputación del niño. “No tenía malicia para el delito”.
Anaís Villa, maestra del estudiante de quinto grado, corroboró la versión de la doliente. Describió a su alumno como un pequeño cariñoso, a quien le gustaba el deporte, pero tenía muchas inasistencias. “Me preocupaba que faltaba mucho, pero era que cuidaba a su hermanita menor”.
Su papá trabaja como obrero en la Alfarería Unión. Mientras que la madre revende productos regulados, aseguró un familiar.
Investigación
Al niño lo vieron el pasado domingo, a las 8.00 de la noche, por última vez. Aprovechó que su madre no estaba para salirse de su casa, en el sector Buena Vista. Media hora más tarde, Karelis Palmar regresó para darle de comer a sus cinco hijos. Al notar la ausencia del mayor de sus descendientes, salió a buscarlo.
“Karelis pasó toda la madrugada buscándolo, hasta que en la mañana le avisaron del hallazgo”, explicó una vecina.
Una tía de Brenyer declaró que desconocen qué hacía dentro del salón. La Policía informó que al niño lo llevaron a la escuela primaria Bolivariana Mario Abreu para hurtar en uno de los salones con ayuda de un adulto. “El hueco era muy pequeño, por eso es que los ladrones lo utilizan”.
Bracho entró por un boquete en la pared y quedó atrapado. En ese momento hubo un cortocircuito en un tomacorriente del filtro del agua del salón y provocó una explosión. Las llamas arrasaron con un colchón en la sala y con el cuerpo del niño. Se carbonizó en segundos, detalló un oficial.
La Policía científica interrogó a los padres para iniciar las investigaciones y esclarecer lo ocurrido. Buscan al adulto que lo acompañaba.