El edificio Mónaco, que fue residencia y cuartel del jefe del cartel de Medellín, Pablo Escobar, fue reducido a escombros en solo tres segundos
El edificio Mónaco, que fue residencia y cuartel del jefe del cartel de Medellín, Pablo Escobar, fue reducido a escombros en solo tres segundos este viernes para construir en su lugar un parque en memoria de las víctimas del narcoterrorismo en Colombia.
“Hoy Medellín abraza su historia. Hoy Medellín construye un nuevo relato. Hoy cae un símbolo para encender la esperanza. Hoy nace un nuevo símbolo para darle luz a la oscuridad”, dijo a periodistas el alcalde, Federico Gutiérrez, antes de la implosión.
La implosión del edificio Mónaco es el primer paso para cerrar heridas y un homenaje a las víctimas del narcoterrorismo en las violentas décadas del 80 y 90 del siglo pasado.
“Aquí lo fundamental es entender que era un edificio en ruinas, que para recuperarla se necesitaba alrededor de 40.000 millones de pesos (unos 12,8 millones de dólares) en repotenciación, y que yo como alcalde, no estoy dispuesto a que se inviertan esos recursos allá”, comentó el alcalde.
A juicio de Gutiérrez, “es mejor que se construya un sitio como un parque en honor a las víctimas en forma de memorial, que cuesta 10 veces menos, que poner a punto un edificio que no es símbolo de las víctimas, sino de un victimario”.
El cantante colombiano Juanes, nacido en Medellín, asistió a la implosión del predio de ocho plantas situado en el acomodado sector de El Poblado.
“Que bueno estar con ustedes. Este es un paso más en un largo camino en la reconstrucción de nuestra memoria”, dijo Juanes antes de interpretar la canción “Mi tierra”.
El edificio Mónaco tenía doce apartamentos, 34 plazas de estacionamiento, tres ascensores, canchas de tenis, piscinas y baño turco.
Escobar eligió al barrio Santa María de los Ángeles, que hace parte de El Poblado, como el lugar para construir en 1986 el Mónaco, bautizado así en honor del principado, y residencia de varios de sus familiares y de sus guardaespaldas.
La guerra entre los carteles de Medellín y Cali dejó su huella en esa edificación por el atentado terrorista del 13 de enero de 1988, que causó tres muertos y diez heridos y dejó al descubierto, entre las ruinas del predio, una colección de decenas de autos deportivos de Escobar.