“Caín” y su banda dominan el crimen en Machiques

Tubalcaín José Vílchez Lobo (26), bautizado en el retén como el “Súper Sicario”, recurre al tiroteo y al incendio de casas y locales para amedrentar a sus víctimas. Las vecinos sospechan que existe complicidad entre los maleantes y los cuerpos de seguridad. “Conocen la ubicación de los delincuentes y no los atrapan”

Los proyectiles sorprenden a las familias a plena luz del día y las llamas los despiertan de madrugada. Tubalcaín José Vílchez Lobo (26), apodado el “Caín”, lidera una banda de extorsión, sicariato y narcotráfico y quiere dinero, para conseguirlo amenaza con matar incluso niños. Bautizado en retén como el “Súper Sicario” controla desde 2010 el municipio que lo vio crecer, Machiques.

Las víctimas han optado por construir cercas que protejan el frente de su vivienda, aún así los secuaces del “Caín” los amedrentan. “Doce impactos de bala quedaron en la pared”, repetía temerosa una de sus víctimas a La Verdad. “Estamos cansados de vivir con miedo”.

Recibió una llamada la última semana de julio, un delincuente le dijo que no colgara, “solo llamamos para decir que deben pagar un millón 500 mil bolívares o te matamos a alguien”. No pudo reaccionar al momento y solo colgó la llamada. 

Una semana después, el 5 de agosto en la tarde, le dispararon a la fachada de su casa desde una camioneta . “Como estábamos en los cuartos no hubo heridos”. Fue la primera advertencia de la banda. Tenían que cancelar, ahora en bolívares o dólares. 

Acoso

La banda acorrala a los dueños de los establecimientos y las fincas. Los delincuentes cuando no logran que la víctima principal se asuste, empiezan a atosigar a sus parientes y círculos de amigos. “Tuve que sacar a mi hijo del país porque ya llamaban hasta a sus compañeros de universidad para amenazarnos”, recordó otra víctima.

Este año, los mafiosos arreciaron sus medidas para obligar a comerciantes, ganaderos y hasta los empleados públicos a pagar vacuna por residir en el pueblo. Con una mezcla de gasolina y gasoil incendiaron, el 17 de septiembre, la santamaría de un establecimiento. No hubo investigación ni atención policial. “Los dueños sofocaron las llamas y resolvieron los daños”, comentó un vecino.

Táctica y socios

Para despistar a la Policía, “Caín” cambia su aspecto. Depila sus cejas, cambia con frecuencia de corte de cabello y color. “En algunas oportunidades viaja entre Rosario de Perijá, Maracaibo y Machiques con atuendos de mujer”, comentó un oficial.

Los oficiales aseguran que denuncian poco. Uno de los extorsionados reconoció que ni los policías ni los militares los ayudan. “Sospechamos que existe complicidad. Entrevistan, firmamos la denuncia y ahí acaba todo. No hay detenidos ni más investigación”.

Vílchez se asoció a otras bandas del estado para lograr armamento, sicarios y obtener poder. “Logró el control de la Subregión Perijá cuando la Policía científica liquidó a su adversario Jhon Campillo, en 2014. “Se asoció con detectives y jefes de ese cuerpo de seguridad. Denuncié y cuando me volvieron a llamar me dijeron hasta la hora y la ropa que vestía cuando me acerqué a su sede”, acotó una víctima. 

Una familia acudió en agosto al Grupo Antiextorsión y Secuestro de Maracaibo. Una brigada visitó Machiques a estudiar la situación, “registraban las llamadas y mientras ellos estaban eran las semanas tranquilas”.  Con los días, los funcionarios dejaron “enfriar” el caso.

Fuga por la puerta grande

A Tubalcaín José Vílchez Lobo lo detuvo la Guardia Nacional el 25 de enero de 2014 en una redada en la urbanización Lago Azul cuando desvalijaba un cajero automático. Al detenerlo y verificar sus antecedentes descubrieron que estaba solicitado por 15 asesinatos. 

Permaneció en el retén El Marite hasta el 30 de abril de 2014. Aprovechó un día de visita, pagó a los funcionarios de guardia y salió por la puerta grande con los familiares que se despedían de los detenidos junto a Darwin Enrique Vargas Hernández. 

La Policía nunca ha estado de cerca de su guarida. En 2015, liquidaron a cinco de sus secuaces: Néstor Luis Vargas Galarza (26), Emiro José Puche Fernández (19), Ricardo Alberto Cuevas Quevedo (18), alias el “Ricardito”, Ríchard José Cuevas Quevedo (22) y Efraín Antonio Navarro Orellano (20), alias el “Chichito”, a este último lo investigaban por unos 20 homicidios. Desde entonces ni lo buscan.

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