Calidad de vida

Calidad de vida es sinónimo de felicidad, tal como lo es Costa Rica a nivel latinoamericano y Noruega en el mundo, ocupando esos países los primeros lugares del ranking. En Venezuela la calidad de vida del ciudadano es miserable y la inseguridad personal aterradora, Y como si no fuera suficiente, criminalizan la protesta

Un detalle indiscutible para determinar el grado de felicidad y bienestar social en un país cualquiera, es la calidad de vida de la que disfrutan sus ciudadanos. Por calidad de vida debe entenderse excelencia, comodidad, disfrute, respeto y libertades del ciudadano común, beneficiado con buenos servicios públicos, educación, sueldos y empleos para vivir dignamente, medicamentos al alcance de todos, alimentación y rublos de toda índole. En pocas palabras, calidad de vida es sinónimo de felicidad, tal como lo es Costa Rica a nivel latinoamericano y Noruega a nivel mundial, ocupando esos países los primeros lugares del ranking.

El gobierno de Nicolás Maduro inculcó todos cuantos derechos constitucionales al venezolano, criminalizando las protestas, marchas y el opinar libremente del casi  83-85 % de la población, incluidos un 80 % de chavistas.

Pésima calidad de vida es el que ahora un 20-25 % de la población en Venezuela no tenga cómo hacer las tres comidas; un 6 % recogiendo sobrantes de la basura para poder medio alimentarse; los diabéticos no tengan insulina en el país, los enfermos de cáncer no puedan adquirir medicamentos para aliviar sus dolores, que no haya en los hospitales reactivos, anestesia, implementos quirúrgicos, antibióticos, leche para bebés, piezas de repuestos para vehículos y maquinaria y un sinfín de rublos.

En Venezuela la calidad de vida del ciudadano es miserable y la inseguridad personal aterradora. Uno de los índices criminales más altos en el mundo está en las grandes ciudades del país; la pobreza subió en un 88 %, con la clase media difuminada y una economía destruida por Nicolás Maduro. Por otra parte, Venezuela ocupa el primer lugar a nivel mundial en corrupción, inflación y desabastecimiento, habiéndose esfumado la paz social de la que tanto habla el dictador, sus adláteres y cómplices.

Y como si no fuera suficiente, criminalizan la protesta, incluida la marcha del pasado día miércoles 19 de abril, siendo ella un acto legítimamente democrático y constitucionalmente avalado por los artículos 57,333 (en concordancia con el 328) y el 350 de la Carta Magna, los cuales deberían leer cuidadosamente todos aquellos que de mala fe y perversamente tildan de golpistas a los que marchan, protestan o disientan de la dictadura cínica de Maduro, así como también leídos con lupa por los Magistrados del TSJ. 

Visited 1 times, 1 visit(s) today