
El norte de la capital ecuatoriana vivía este miércoles una jornada de tensa calma, que contrastaba con la violencia desatada por manifestantes en el centro histórico contra la eliminación de los subsidios a los combustibles
El norte de la capital ecuatoriana vivía este miércoles una jornada de tensa calma, que contrastaba con la violencia desatada por manifestantes en el centro histórico contra la eliminación de los subsidios a los combustibles.
Desde el tranquilo parque de La Carolina, una zona de esparcimiento que parecía ajena a la tensión de los últimos días, cientos de ciudadanos paseaban y hacían deporte mientras en los alrededores otros desarrollaban su trabajo en relativa normalidad en una jornada en la que se cumple una huelga nacional.
"Está todo paralizado, ante esa eventualidad he decidido venir aquí a hacer ejercicio, a despejar la mente", dijo a Efe el abogado John Cueva, quien ha visto cancelada toda su agenda de trabajo de hoy por la jornada de protesta.
En la sección deportiva del parque, eran numerosos los quiteños que aprovechaban la paralización de la ciudad para hacer ejercicio.
Y a sus alrededores, familias enteras con niños y perros se paseaban tranquilamente como si de un día de descanso se tratara.
La Carolina se encuentra en el centro norte de Quito, en una acomodada zona de la ciudad rodeada de altos edificios y centros comerciales que, aunque abiertos al público, no tenían la afluencia normal de un día laborable.
También era menor la presencia de viandantes en la emblemática avenida República El Salvador, donde muchos locales estaban cerrados y con candados en sus puertas ante el temor a que piqueteros saquearan el lugar.
Sin embargo, otros negocios abrieron normalmente y registraban una actividad normal, dentro de las circunstancias.
A unos kilómetros, en el centro histórico de Quito, se desarrollaban las manifestaciones de protesta contra le eliminación de los subsidios a los combustibles ordenada la semana pasada por el presidente Lenín Moreno, que han dado lugar a violentas protestas desde entonces.
"Se viven momentos que te hacen recordar momentos que viviste en tu país con todo el tema de las protestas", dijo a Efe Diego Carrillo, un ciudadano venezolano que se encontraba en el parque de La Carolina.
Y comentó que "uno viene ya con cierta experiencia" de este tipo de situaciones y por eso "saber cuidarse y saber opinar, qué decir", con el fin de "manejar la situación más que todo".
Dada la crítica situación en el país, la semana pasada una organización de migrantes venezolanos pidió que estos se mantuvieran al margen de las protestas y de la polémica política, con el fin de no verse involucrados en situaciones incómodas.
En Ecuador viven más de 400.000 migrantes venezolanos y el sector norte de Quito es una de las zonas a donde tratan de ganarse un sustento.
No lejos de la avenida República de El Salvador, el centro comercial Quicentro, uno de los símbolos del Quito más pudiente, vivía este miércoles ajeno a los acontecimientos alrededor de la Presidencia de la República.
Preguntados por la situación que vive el país, el ecuatoriano Lizandro Vargas instó a sus conciudadanos a que reaccionen, porque a su juicio este tipo de acontecimientos pueden acabar conduciendo a una situación como la de Venezuela.
"Yo le diría a la gente que esta situación no va y le diría a la gente que reaccione, que piensen antes de salir porque (...) si seguimos así vamos a parar como en Venezuela", explicó.
Vargas es uno de los pocos que estos días de polémica se presta a declaraciones.
Muchos quiteños prefieren no pronunciarse para no verse mezclados en los intereses políticos de unos u otros, y simplemente, esperan que las aguas se calmen para volver a sus actividades regulares.