Mientras más tiempo permanezca esta dictadura en el poder, mayor será la destrucción del Sistema Eléctrico Nacional (SEN); pero también hay que tener mucho cuidado con aquellos que tomarán las riendas del mismo, los cuales deberán ser los más capaces y éticos, pues no hay margen para el “ensayo y error”. El canibalismo se evidencia en toda la cadena de Generación, Transmisión y Distribución
El año 2018 arranca para el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) de Venezuela como un boxeador contra las cuerdas, con la mandíbula de porcelana y recibiendo una tunda de golpes fuertes por la diáspora de sus cada vez más limitados recursos humanos calificados y los vicios de corrupción y politiquería que nos han traído a este deplorable estado un servicio chatarra, y ahora se suma el canibalismo eléctrico para tapar “huecos”, abriendo otros en lugares muy medulares del sistema interconectado.
La palabra interconectado es la clave, lo que se hace en un sitio de la red impacta al resto, por eso es que el Sistema Eléctrico Nacional debe dejar la improvisación y retomar la planificación. El canibalismo se evidencia en toda la cadena de Generación, Transmisión y Distribución.
El caso más llamativo ha sido el mover los autotransformadores de la Subestación, S/E, Planta Centro, hacia el Zulia. Esto a lo sumo será de efímeros resultados. Planta Centro es la Subestación más medular del sistema para trabajar con Guri y el bajo Caroní. Robar de ella para auxiliar cualquier otro lado es un canibalismo electrizante.
El año viejo no nos dejó cosas muy buenas, lo cerramos con un cuadro de extrema anemia en demanda y consumo y con un Guri full, lo que propiciaría un colosal derroche energético para este año. La generación térmica a nivel nacional, está muy por debajo del nivel que teníamos antes del primer decreto de emergencia eléctrica. Los parques turbo vapor, de generación distribuida y las turbinas derivadas de aviación promediando un 90 por ciento de indisponibilidad y no tienen ningún ciclo combinado de los tres existentes funcionando.
El tiempo energético no ha contado con un servicio eléctrico sano; en Venezuela no hay modernidad, gobernabilidad, ni una prosperidad económica acorde con el potencial que representa. Mientras más tiempo permanezca esta dictadura en el poder, mayor será la destrucción del Sistema Eléctrico Nacional (SEN); pero también hay que tener mucho cuidado con aquellos que tomarán las riendas del mismo, los cuales deberán ser los más capaces y éticos, pues no hay margen para el “ensayo y error”. Feliz año para todos, y bienvenidos sean los retos que nos aguardan para este 2018. ¡Manos a la obra que sí se puede!