Canibalización electrizante

Aunque Maracaibo no es una isla geográficamente, eléctricamente lo es, sus MW están en el suelo, el sistema de intercambio con Colombia está cortado y con el Sistema Interconectado Nacional, sí está severamente limitado en lo regional y el que viene desde Guri está afectado

Venezuela y en especial el Zulia, continúan siendo vapuleados por apagones implacables desde el 7 de marzo, es posible que los mismos se suavicen en intensidad por razones cíclicas de las temperaturas y estacionalidad, sujeto a los siguientes factores: 1) La intensidad y duración del verano, 2) Lo que logre reparar la presente administración de Corpoelec con sus esfuerzos, 3) La destrucción económica ha demolido los picos de demanda nacional. En el Estado se generan potencias similares a los años 1962. Peligra lo que queda por la canibalización.

En Maracaibo hay que ir a la era de la dictadura de Pérez Jiménez, para tener niveles de generación similares. Las causas no son las alegadas por las autoridades, cuya cúpula siempre huye hacia adelante, acusando a otros de cosas o actos que son de su hechura y exclusiva responsabilidad o complicidad. Aunque Maracaibo no es una isla geográficamente, eléctricamente lo es, sus MW están en el suelo, el sistema de intercambio con Colombia está cortado y con el Sistema Interconectado Nacional, sí está severamente limitado en lo regional y el que viene desde el Guri está afectado.

Después de más de nueve millardos de dólares en los últimos 20 años para la electricidad zuliana, entonces cabe preguntarnos, ¿qué nos pasó?

La corrupción, falta de mantenimiento, desprofesionalización, improvisación, antiética y ahora la canibalización se apoderó del sector eléctrico, para dejarnos más de un mil 600 MW inconclusos, embarcándonos en una expansión termoeléctrica, sin los combustibles requeridos. En fin, errores garrafales que desafían el sentido común. 

La canibalización y corrupción son las últimas dos pinzas contra el Zulia y la AN, lo sabe. Es inconcebible que se recurra a actores que por reparar unidades de menos de 500 MW, cobren más de un mil millones de dólares, y si fracasan en el Zulia, el estado se quedará sin el chivo y sin el mecate. Por si tienen curiosidad, las reparaciones no debieron costar en el peor de los casos más de 80 millones de dólares. Las unidades nuevas costarían 180 millones de dólares. De seguir así no vamos bien. ¡Pa’ lante, que para atrás espanta! 

 

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