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La búsqueda del gandolero Antonio José Sanabría Méndez (69) llevó a los investigadores de la Policía científica del municipio Jesús María Semprún, donde desapareció el anciano, hasta La Cañada de Urdaneta. En la calle 2 del sector Mongia de María, Ángel Manuel Tapia Mendoza (20) los recibió a tiros y lo liquidaron. En el procedimiento detuvieron a sus cinco acompañantes. Se presume que todos participaron en el deceso del transportista de gasolina.
Según los testimonios de los detenidos, Sanabria sufrió un infarto. “Lo que se desconoce es si murió en cautiverio, si es cierto que sufrió un infarto o lo mataron. La necropsia revelará algunos datos”, comentó un policía.
Un familiar contó que el teléfono móvil también desapareció junto a Sanabria y fue pieza clave para localizar el lugar del cautiverio. “Un día los secuestradores lo encendieron y los cuerpos policiales lograron ubicarlos, por lo que las investigaciones se centraron en La Cañada de Urdaneta”.
A Tapia lo mencionaban en la causa penal número K-17-0061-00822, iniciada por la Subdelegación San Cristóbal, estado Táchira, por el delito previsto y sancionado en la ley sobre el hurto y robo de vehículos automotores, contra la propiedad y contra las personas (persona desaparecida).
Sin rastro
A Sanabria lo buscaban desde el 20 de febrero. Partió de la planta de llenado de Maracaibo con 39 mil litros de gasoil, en un chuto Mack, blanco, placa A27AT9N, y cisterna naranja, placa 94S SAM, de la empresa Distribuidora El Valle, con destino a San Cristóbal. En La Redoma de Casigua El Cubo, municipio Jesús María Semprún, a 50 metros de la alcabala de la Guardia Nacional, desapareció.
Un día despúes, el 21 de febrero, localizaron la gandola que Sanabria conducía frente al depósito de La Regional, en El Cruce. Estaba vacía. Sus atacantes se llevaron el combustible y al conductor. Sus parientes no se explican cómo los delincuentes lograron regresar la gandola, sin que ninguna autoridad lo haya notado. “Pasaron por al menos tres alcabalas para dejar el chuto en el lugar donde lo encontraron”.
El caso lo investigaba la Policía científica de Machiques. Sus sabuesos se movilizaron por varios municipios para culminar las investigaciones y hasta ahora continúan las pesquisas.
Protestas en vano
Los familiares y gandoleros protestaron pacíficamente tres veces en La Redoma a 50 metros de la alcabala de la Guardia Nacional, donde desapareció Antonio. Cerraron las calles por horas y distribuyeron panfletos por dos estados con la fotografía de su pariente. Confiaban que con las manifestaciones de calle llamaran la atención de las autoridades competentes.