Anzoátegui jugó “Caribe” para venir de atrás y vencer 3×2 a Cardenales de Lara. La “Tribu” igualó la serie final (2-2) de la LVBP
Si bien es válido señalar el imparable de Niuman Romero en el séptimo inning, como la manilla que abrió la puerta para la reacción de Caribes de Anzoátegui, fue la acción que tuvo minutos después el cacique de la tribu lo que probablemente despertó al dugout indígena.
El antesalista salió al robo de la intermedia y coincidió con la base por bolas que le dio Felipe Paulino, relevista de Cardenales de Lara, a René Reyes. Por instinto, Gustavo Molina disparó a segunda base. Y mientras el tiro fue tomado por Carlos Rivero, Romero se percató que no existía custodio de la antesala y la tomó impunemente. Fue una jugada caribe.
Poco después, tras la entrada al montículo de Faustino de Los Santos y el ponche a Balbino Fuenmayor, el designado Luis Jiménez dio un sencillo al jardín izquierdo, sin adversarios por el ajuste defensivo, que impulsó a Romero. Fue ese el batazo que propició la victoria 3 a 2 de Anzoátegui, en el cuarto juego de la final, y que empató la serie a dos victorias por bando.
“De Los Santos es un pitcher que lanza duro y solo hay que poner la bola en juego. También aproveché el ‘shift’ que me ha quitado como 30 hits este año”, comentó Jiménez. “He estado haciendo ajustes desde finales de noviembre, tratando de ser más paciente con el conteo y poner la bola en juego. Evitar la ansiedad para evitar tratar de hacer demás”.
La concentración aborigen era tal durante el capítulo, que un elevado al jardín central de Tomás Telis sirvió para que Reyes y Jiménez se apoderaran con pisa y corre de la tercera y segunda almohadillas, respectivamente. El escenario ayudó a que Willians Astudillo remolcara la tercera anotación oriental con un imparable.
La subversión de Caribes contra el pitcheo crepuscular, que supo adaptarse a la volatilidad del Alfonso “Chico” Carrasquel, con 4.2 innings en blanco del iniciador Néstor Molina, comenzó en el sexto episodio. Luis Sardiñas igualó la pizarra a una rayita con un hit a la pradera central.
La primera anotación de Cardenales ocurrió en el quinto tramo, tras un elevado de sacrificio de Gustavo Molina contra el zurdo Carlos Teller, abridor anzoatiguense.
El laurel, aunque desembocó en la alegría nativa de asegurar el sexto choque de la serie, también vino acompañado de angustia. Rangel Ravelo conectó su segundo vuelacercas de la final en el octavo acto.
Después de dos outs, en el noveno, el cerrador Nick Struck se complicó al aceptarle un sencillo a Jecksson Flores y un doble a Ildemaro Vargas. El estadounidense pasó intencionalmente a Juniel Querecuto y logró ponchar con tres pitcheos a Ravelo, para apuntarse su segundo salvado de la Final y el cuarto de la postemporada. El zurdo Liarvis Breto volvió a ganar y tiene en su haber los dos triunfos de su club.
“De los errores, de las derrotas, de las cosas malas se aprende”, dijo el capitán Romero, en clara referencia al revés de Anzoátegui en el tercer cotejo. “Apenas terminó el juego de ayer (del martes), lo primero que dijimos fue que nos hizo más grandes, nos hicimos un mejor grupo, un mejor equipo. Hoy pudimos hacer los ajustes necesarios para ganar”.
Este jueves será el último encuentro de la temporada en el diamante de Puerto La Cruz. Junior Guerra abrirá por Cardenales y Daryl Thompson lo hará por Caribes.
diciembre 5, 2024
