Carro carbonizado pertenece a un taxista

La Policía espera el resultado de la necropsia para verificar que los restos que se hallaron dentro de un Daewoo Lanus pertenezcan a Jorge Colmenares (52), dueño del vehículo. Del conductor no se tienen pistas desde el pasado viernes. Salió a trabajar y hasta la fecha sus amigos ni familiares desconocen sobre su paradero. Reside solo en Ciudad Ojeda

Los vecinos de la urbanización Costa Mar, en Lagunillas, se alarmaron al conocer que el Daewoo Lanus, gris, placa VAP -34J, carbonizado que divulgaron por las redes sociales pertenece al taxista Jorge Colmenares, de 52 años, quien vive en el conjunto residencial desde hace algunos meses. El conductor desapareció desde el pasado viernes.

“Nos llamó la atención el número de placa. Jorge es un hombre trabajador, amable, católico. Iba todos los domingos a misa”, dijo impactado un vecino. 

La noticia se propagó rápido por la zona y uno de los residentes tocó la puerta para descartar que el cadáver que encontraron en el asiento trasero fuese Colmenares. El chofer no respondió al llamado y según comentaron desde el viernes no llega a dormir a su casa.  

Los familiares del taxista desaparecido acudieron hasta la sede de la Policía científica en Ciudad Ojeda.  Reconocieron que el vehículo y presentaron la documentación que acredita a Colmenares como propietario. Deben esperar los resultados de la necropsia para confirmar que los restos pertenecen a su pariente. 

“Hay que esperar que lleguen los resultados forenses. Mientras tanto tenemos un cadáver por identificar y la denuncia de un taxista desaparecido”, contó una fuente policial. 

Únicos datos

A los Colmenares solo les explicaron que hallaron, el pasado sábado en la mañana, el carro por la denuncia de unos vecinos. Los primeros en llegar fueron los oficiales de la Policía municipal de Lagunillas. Entrevistaron a los curiosos, pero todos desconocían la procedencia del Daewoo Lanus.

Al acercarse al vehículo, los funcionarios detallaron que entre el piso y el asiento trasero yacía irreconocible y casi vuelto polvo el cadáver de un ser humano. Pidieron apoyo a los detectives de la Policía científica para que el Eje de Homicidios iniciara la investigación.

La víctima yacía de medio lado. Las llamas consumieron por completo su piel, su ropa y todo aquel objeto que pudiera ayudar a identificarla. Solo sobrevivieron sus huesos y parte del puesto donde lo acomodaron.  El cadáver lo enviaron a la morgue y remolcaron el carro hasta la Subdelegación de Ciudad Ojeda. Allá se presentaron los parientes del dueño y algunos compañeros del conductor para solicitar más detalles del hallazgo.

 

 

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