Caso Ramírez en PDVSA es de novela

Ramírez ha caído en desgracia, impredecible su destino final, al menos en el tiempo que le queda al régimen. Mientras tanto, siguen actuando las mafias que dejó en PDVSA. La Corporación está hoy prácticamente irrecuperable

La gran verdad es que el caso Rafael Ramírez Carreño, su actuación en PDVSA y otros cargos en el Gobierno castro-chavista-madurista, reúne suficiente material para escribir una novela costumbrista de la vida real con personajes también suficientes. El argumento central es el tramado de la espantosa corrupción acompañada de mediocridad que se desarrolló en los 10 años de su gestión que ha llevado a la corporación a una gravedad tal que prácticamente hace inviable su recuperación. 

El finado presidente Chávez nombró a principios de 2004 a Rafael Ramírez como presidente de la corporación, ya habían despedido a más de 20 mil profesionales con un Know-how de más de 200 mil años acumulados en conocimientos y experiencia en el campo petrolero. Previamente habían despedido por televisión con pito y todo a unos siete gerentes medios de PDVSA. 

Cumplió su rol a cabalidad, entregando directamente más de 100 mil millones de dólares a los fondos parafiscales Fonden y Bandes, fondos manejados a discreción presidencial. Estos fondos parafiscales nunca entregaron cuentas a la nación y se saben muchas cosas de su destino: Cuentas en  Andorra y otros paraísos fiscales, regalos para financiar campañas en otros países, compra de armas rusas y qué sé yo cuántos destinos más.  

Cabe recordar la famosa expresión roja rojita de este señor en una reunión con gerentes de la corporación en la que acentuaba que los trabajadores de PDVSA debían rendirle lealtad al comandante Chávez y, ser fieles a la “revolución”, de lo contrario, quedarían fuera de la corporación. Rafael Ramírez Carreño tuvo el respaldo pleno de los dos presidentes en estos 18 años del régimen castro-chavista-madurista. Les explotó en la cara a las mafias que dejó Ramírez en PDVSA. 

El propio Ramírez se enriqueció súbitamente a través de familiares que estuvieron en puestos claves dentro de la corporación y por jugosos contratos con la corporación, se dice que hoy es uno de los hombres más ricos de Venezuela. El señor Maduro lo nombra también como vicepresidente para el área económica. Después fue nombrado canciller, durando muy poco y lo enviaron para protegerlo con pasaporte diplomático como embajador en la ONU. Lo demás está ocurriendo como dice Dosier en el sitio de los acontecimientos. Ramírez ha caído en desgracia, impredecible su destino final, al menos en el tiempo que le queda al régimen. Mientras tanto, siguen actuando las mafias que dejó en PDVSA. La Corporación está hoy prácticamente irrecuperable. Todavía faltan capítulos de esta larga novela.

 

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