Castrocomunismo militarista

Sino sustituimos este régimen con urgencia, todos seremos responsables de convertir a Venezuela en otra Cuba, otra Alemania Oriental, otra Corea del Norte

Hasta cuándo no vamos a llamar las cosas por su nombre. Lo que sufre y tiene postrada a Venezuela es la profundización de un modelo político castrocomunista-militarista. De acuerdo con el comunismo tradicional soviético desde luego se deriva un modelo económico y social históricamente fracasado que el régimen nos impone.

Es muy lamentable que algunos conocidos articulistas y comentaristas políticos y económicos pareciera que omiten esta realidad.  Pero al excluir el origen y no identificarlo debidamente, involuntariamente en la mayoría de los casos, contribuyen a perpetuar el modelo político castrocomunista militarista, que destruye estratégicamente de forma efectiva y metódica las mejores tradiciones democráticas y constitucionalistas de nuestro sufrido país.

Para nuestro presente y futuro, al no identificar claramente el origen de nuestra tragedia, el régimen aplica la estrategia y orientación política castrocomunista, para depredar al país ocasionando la catástrofe en la que vivimos. En este sentido se manipula la mal llamada Mesa de Diálogo, y se abusa de la buena voluntad de la participación del Vaticano. Igualmente con mecanismos cuestionables, neutraliza a reconocidos socialistas demócratas, como es el caso del expresidente del Gobierno español y dirigente del PSOE, Rodríguez Zapatero, como parece ser el caso.

El régimen al que nos ha sometido el chavismo-madurismo tan eficientemente, destruye la producción privada, tanto productiva como comunicacional, con las expropiaciones e intervenciones, amén de otras presiones y controles, que han arrasado nuestra economía y la calidad de vida. Continúan los presos políticos, se entierra nuestra Constitución, se corroe PDVSA, se acaban las reservas internacionales, tenemos la más alta inflación del mundo, las inversiones extranjeras van a otros países, no se implementa la Carta Democrática de la OEA.

Todos conocemos y sufrimos en mayor o menor grado las funestas consecuencias del modelo político que nos agobia, pero no se hace lo suficiente para que unidos todos los venezolanos apoyemos a la MUD, y que por vías democráticas y constitucionales, se cambie el modelo político, antes que sea demasiado tarde. Le toca a cada compatriota, desde su sector, gremial (sindical-empresarial), colegios profesionales, iglesias, universidades, que logremos con el espíritu que caracterizó al 23 de enero del 58, reconstruir nuestra tierra de gracia.

Obligatoriamente tenemos que ser precisos y claros; sino sustituimos este régimen con urgencia, todos seremos responsables de convertir a Venezuela en otra Cuba, otra Alemania Oriental, otra Corea del Norte.

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