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El gobernador Francisco Arias Cárdenas, en el marco del cierre de la frontera de los municipios Mara, Guajira y Almirante Padilla con Colombia, afirmó que las colas de los supermercados están disminuyendo paulatinamente. A pesar de esto y del bloqueo de usuarios por número de cédula, las largas filas mantienen magnitudes significativas y los compradores deben dirigirse desde horas de la madrugada para poder acceder a los comercios.
“Que Arias Cárdenas se vaya pa’ la óptica pa’ que vea bien las colas”, dice Joel Bravo, un usuario sobre los comentarios del Gobernador del estado Zulia. Se arriesga a pesar de la prohibición de pernoctar fuera de los automercados. Desde las 4.00 de la mañana el obrero estuvo esperando su turno para entrar al abasto. A pesar de este esfuerzo, le restaba un largo camino que recorrer para poder traspasar las puertas del establecimiento.
Cientos de personas se acomodaron en las afueras de un automercado de la ciudad. Con abanicos improvisados, paraguas y toallas buscaban refugiarse del calor y del sol. Caras hastiadas y vendedores ambulantes invadieron los sectores en los que se ubica cualquier establecimiento que venda productos regulados.
“100 % mentira”
“Nos acosó la Guardia en la madrugada y todavía me faltan 400 personas para entrar”, estima Bravo. La imposibilidad de comprar alimentos a los precios impuestos para la reventa lo obliga a pasar el día en las colas para proveer el sustento a su familia. “Eso que dice Arias Cárdenas es 100 por ciento mentira”.
“Cerraron la frontera y hay más cola todavía”, asegura Eduardo López, quien trabaja en una empresa de seguridad. A su alrededor otros usuarios asentían y concluían que las colas eran “peores”. Otro cliente que prefirió no ser identificado preguntó en dónde están los alimentos decomisados en las acciones de la Operación de Liberación del Pueblo (OLP).
En tiendas ubicadas en San Jacinto, Doctor Portillo y Delicias se presenció la misma situación. Dexi Sebrihant, ama de casa, llegó a las 5.00 de la mañana a un abasto ubicado en el norte de la ciudad. La sorprendieron al menos 300 personas que ya esperaban por la apertura del supermercado. “Son las 11.30, cuando llegue a la puerta de seguro me dicen que todo se acabó”, presume.
Rechazo
Los usuarios criticaron las protestas de los trabajadores de supermercados incluidos en la lista de cédulas bloqueadas. “Los trabajadores son los verdaderos ‘bachaqueros’”, aseguró una clienta que prefirió no identificarse. La escasez de artículos regulados desespera a la población. Indican que pasan días enteros bajo el sol para comprar “lo que haya”, mientras que los empleados hacen pasar a sus familiares y compran con facilidad.