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Francisco Eguiguren, presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), admitió ayer que la situación en Venezuela es cada vez más “alarmante”, por lo que abogó por retomar el diálogo interno para evitar llegar “más a la catástrofe”.
Eguiguren mostró en una entrevista con EFE su deseo de que se “restablezcan” los derechos humanos y de que cese la persecución en el país para poner fin a esta problemática que -a su juicio- está más grave este año, sobre todo desde abril.
El exministro peruano, elegido presidente de la CIDH el pasado mes de marzo, señaló que “hay que evitar lo que pueda suponer un enfrentamiento violento ya armado en el país, que traería una terrible pérdida de vidas y destrucción”, además enfatizó que es necesario respetar los márgenes democráticos y no respaldar “ningún tipo de propuesta golpista” ni nada que suponga más “acciones violentas”.
En su discurso, Eguiguren pidió también a la oposición ser consciente de que la protesta, que es un derecho, debe ser pacífica, y exhortó al Gobierno a no actuar con la fuerza militar contra los disidentes solo por el hecho de que piensan “distinto”.
Polarización
Francisco Eguiguren, presidente de la CIDH, reconoció que la polarización generada en Venezuela aumenta “el riesgo más inminente de un enfrentamiento” y señaló que la Comisión tiene que ayudar a la creación de condiciones de un diálogo para que después del tiempo que le queda al gobierno de Nicolás Maduro en el poder haya “un proceso de transición y unas elecciones libres y limpias”. Aclaró que la Comisión no va a resolver el problema ni pretende ser quien tenga en sus manos el tema”.