CLEZ pide a los CLAP más organización

Diputados y jefes de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción discutieron las gestiones en la distribución de productos en la región. Piden coordinar los censos familiares en las comunidades. La meta es distribuir y “derrotar la guerra económica”

Magdely Valbuena, presidenta del Consejo Legislativo del estado Zulia, y una comisión de diputados se reunieron con los jefes de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) para discutir las gestiones en la distribución de productos en la región. Instó a coordinar los censos familiares en las comunidades. La meta es distribuir y “derrotar la guerra económica”. 

Con el apoyo de Una Mujer y el Frente Francisco de Miranda exhortó a conciliar en las barriadas y atacar la “ola especulativa” en precios de productos exhibidos en los mercados tradicionales. En la asamblea, convocada en el Banco Central de Venezuela con 330 CLAP, recordó que “factores” de la oposición política al Gobierno nacional intentan “agudizar la situación provocando explosión social”.    

José Luis Acosta, diputado, aseguró que “están los CLAP debatiendo, buscando nuevas formas de llevar los alimentos a los venezolanos a sus casas para luchar contra el ‘bachaqueo’”. Siendo necesario, además, “pedirle a las Fuerzas Armadas se decidan a ir a Las Pulgas”, donde se exhiben productos a precios “exagerados”.

Resalta que es “inconcebible” la venta irregular en el mercado y “suceda a cuadras de la Gobernación (del Zulia) y cerquita de la Fuerzas Armadas. Hay que meterse en Las Pulgas y acabar con eso”. Con negocios que expenden ajeno a la necesidad del país y con “interés particular”.

Acosta exigió una política de intervención, hacer “lo que tenga que hacer” para frenar el “bachaqueo” y variedad de negocios presentes en el mayor centro de comercios de alimentos y artículos de Maracaibo.

Coincidió con la medida de paralización de presencia de bienes colombianos, autorizada por la Gobernación del Zulia. Rechazó que la importación resultó más costoso para las familias. “No podemos permitir que se convierta en un nuevo ‘bachaqueo’ terrible para los venezolanos”.

La colocación de marcas colombianas suponía desahogo a la presión por la escasez y precios inferiores a los especulativos. Si un kilo de harina estaba a mil 500 bolívares la importada rondaría los 900 bolívares, no por encima de “bachaqueo” porque sino, “no tendría sentido”, recalcó Acosta.

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