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Quizás James Rodríguez estaba fundido luego de una larga temporada con el Real Madrid. Tal vez la inactividad pasó factura a Camilo Zúñiga y Juan Guillermo Cuadrado. A lo mejor la apuesta por Radamel Falcao fue equivocada.
Quizás, tal vez, a lo mejor. El resumen de una Copa América de Colombia que arrancó llena de promesa y terminó en decepción.
Colombia bajó el telón a su participación en el campeonato continental desnudando las falencias que aquejaron al equipo de José Pékerman desde su debut en Chile: una preocupante falta de gol, desconexión entre el mediocampo y la delantera, y un James que no fue ni la sombra del cometa que deslumbró en el Mundial y luego con el Madrid.
James esta vez resultó intrascendente, como lo fue también Cuadrado o, cuando tuvieron minutos, Jackson Martínez y Carlos Bacca, dos delanteros que se visten de goleador en sus clubes pero cuando se ponen la camiseta amarilla quedan debiendo.
En cuatro partidos, tres de la fase de grupos y uno de cuartos de final, los de Pekerman apenas marcaron un gol, y gracias al central Jeison Murillo.
Lo mejor de Colombia fue de lejos su arquero David Ospina, que hizo hasta lo imposible para mantener de pie al plantel, especialmente en el duelo contra Argentina, en el que realizó varias atajadas de otro planeta.
“Ha sido una buena experiencia para Colombia, somos un equipo en crecimiento con mucho recambio”, observó Pékerman
Mientras Pekerman resuelve misterios y ajusta piezas, tendrá que lidiar a la vez con el nerviosismo de un país que se desborda en los tiempos buenos y pierde la cabeza en los que no lo son tanto.