Santos
Con una abstención del 63 %, el No gana el plebiscito que sometió al pueblo colombiano a una votación por la aceptación o negación de los acuerdo de paz, suscritos entre el Gobierno colombiano y las FARC. Aun por pequeña cantidad de votos, el No se impuso, dejando al descubierto una trama que subrepticiamente Santos y las FARC, habían silenciado y que por gotas se fue conociendo todo lo que el Gobierno concedió en ese acuerdo. Afirmamos que el ganador de esa jornada del día 02-10-2016, fue el miedo.
Miedo sintieron quienes votaron por el Sí, como repuesta a la afirmación amenazante del presidente Santos, quien manifestó tener “información amplísima en el sentido de que de ganar el No, las FARC volverían a la guerra y esta sería urbana. Esta advertencia pesó sobre mucha gente que cansada de la guerra rural, se sintió amenazada por el Presidente, haciéndose eco de las FARC y en consecuencia votó por el Sí.
Ganó el No porque el miedo a la aplicación del acuerdo de paz contiene elementos suficientes para atemorizar a la gente y que fue deliberadamente silenciado por las partes beligerantes, mediadores y propiciadores de las negociaciones en La Habana y que hábilmente el comando del No supo explotar en los últimos días precedentes al plebiscito. Miedo lógico y furia al poder concedido a las FARC, de la garantía de impunidad de todos los crímenes cometidos. Miedo al ungimiento directo como políticos-partidistas, curules sin elección directa, popular y secreta. Miedo a la destrucción del orden constitucional, mancillando preceptos de aplicación universal.
La parte preocupante es la poca participación ciudadana en ese comicio trascendental y la justificación del miedo a la clase política colombiana, que al efecto, ha quedado en entredicho históricamente, reflejada en ese 63 % que no asistió a las urnas.
Al final del proceso y con el resultado ya conocido, Santos es un perdedor total, su carrera política se extinguió y peor aun, él sabe y sabía que las FARC tendrían que mantener su estatus, pues seguir guerreando ya no es posible, aun cuando nunca fueron del sentir de entregar las armas.
No participamos de la opinión de una Colombia polarizada, este evento plebiscitario demostró que el miedo también une y que superado, las grandes masas ausentes de la votación son los que tienen la capacidad de decidir cuando se lo proponga.