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Casi 35 kilos de peso perdió Gregorio Fernández, pensionado del Seguro Social, en 11 meses. La escasez de alimentos en su hogar recorre cada uno de sus músculos. “Eran 90 kilos que tenía, ahora si llego a 60 es mucho”, asegura en medio de la odisea de buscar alimentos en los supermercados, donde empeora comprar comida tras política de redistribución de rubros regulados a los CLAP.
Los inventarios en los supermercados disminuyeron y recargó la idea de que en los CLAP se solucionaría el abastecimiento. Para Fernández la situación no mejora. Desde hace tres meses espera, con carné en mano, la primera bolsa con productos prometida con el censo familiar levantado por el consejo comunal.
Recuerda el pago hecho de 800 bolívares para “unas copias de cédula de identidad” y de la emisión del documento que lo acredita beneficiario y “jefe de familia en Raúl Leoni 1, sector 3, manzana 13”. No sabe por qué no llega la ayuda. “Será que creen que no la necesitamos y nos estamos muriendo de hambre”.
El septuagenario, vecino del oeste de Maracaibo, lamenta la escasez y lo insuficiente que resulta la pensión para adquirir alimentos. “De qué vale 22 mil bolívares o ahora casi 30 mil si te da para gastar mil bolívares diarios. ¿Y qué compras con mil bolívares? Nada, un refresco y más nada. Por eso estoy sin desayuno y pensando qué habrá en el mercado”, critica en una rápida cuenta de los precios de los rubros básicos de la canasta.
Ir a las tienda privadas lo supone a “sufrir. Los ‘bachaqueros’ llegan y se ponen en la cola de primero. Son como 10 o 20 elementos armados y la Policía se esconde adentro y le dejan eso a disposición de ellos. ¿Quién compra así?”, reclama Fernández a la espera de ingresar a una cadena de farmacias, ubicada en La Limpia.
La confianza hacia los CLAP hace rato se desvaneció, asegura Rosa Quechu, comerciante independiente. En el barrio Carmelo Urdaneta, cerca de la cancha principal, “nos quitaron dinero para el carné hace seis meses y nunca llegó la bolsa. No llegaron ni llegarán”, sospecha, al ver que la colocación de productos nacionales se esfuma de las cadenas privadas.