Hoy
Existen tres indicadores fundamentales por los que se mide el progreso o el retroceso de una economía, o dicho de otra forma el grado de enriquecimiento o empobrecimiento de una nación, estos son el PIB (producto interno bruto) per cápita, significando la suma de todos los bienes y servicios finales producidos por un país en un año, dividido por la población estimada para mediados del mismo año.
En el caso Venezolano se estima que este agregado macroeconómico pasó de $ 3.780,78 en el año 1998 a $ 2.618,93 al cierre del año 2016, representando una disminución del 30,73 %; ello indica que los venezolanos hoy en términos per cápita somos menos productivos que hace 18 años atrás, en el valor porcentual indicado anteriormente, he allí un factor de improductividad.
El segundo indicador es la deuda externa per cápita, significando la “deuda pública y privada total adeudada a no residentes, reembolsable en moneda extranjera, bienes o servicios”, dividido entre la población estimada para mediados del mismo año. En el caso de Venezuela se estima que esta creció de $ 1.498,63 en el año 1998 a $ 3.547,50 al finalizar el año 2016, representando un crecimiento del 136,72 %; indicando que hoy los venezolanos estamos tres veces más endeudados con los acreedores internacionales que hace 18 años atrás.
Al ser al cierre de 2016 la deuda externa per cápita superior al PIB per cápita como se muestra en los dos párrafos anteriores, ello es una demostración fehaciente de empobrecimiento y retroceso de nuestra economía, escenario totalmente opuesto al que existía en el año 1998, en pocas palabras hoy los venezolanos somos más pobres que hace 18 años atrás. Siendo por ello un país muy riesgoso para invertir, con alta probabilidad de impago del servicio de nuestra deuda externa, sencillamente porque los márgenes al que produce nuestra economía es inferior al margen con el que esta se endeuda.
El tercer indicador pero no menos importante son las reservas internacionales per cápita que representan el conjunto de activos financieros sobre el exterior en poder o bajo el control de las autoridades monetarias, fraccionado entre la población estimada para mediados del mismo año, pero que no es más que los ahorros de la nación y por ende de todos los venezolanos, esta pasó de $ 634,22 en 1998 a $ 351,11 al culminar el año 2016, es decir un decremento del 44,64% del nivel de ahorro en divisas, respecto al de 18 años atrás, en pocas palabras somos más pobres porque tenemos menos ahorros en reservas.
Finalmente, a tenor de lo antes descrito, el legado económico que nos ha dejado el Gobierno nacional a los venezolanos en estos últimos 18 años, es el de no productividad y producción, mayor endeudamiento externo y una pérdida sustancial en el nivel de ahorro de la nación; todo ello son los ingredientes nefastos para concebir desde el exterior a Venezuela como un país muy riesgoso para invertir, solo desde el punto de vista del análisis de algunos de los agregados macroeconómicos, por ello hoy somos mucho más pobres que hace 18 años atrás, simplemente porque el margen al que crece nuestra población es superior al que crece nuestra economía y nuestros ahorro y por ello cada día estamos más endeudados.