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Por definición, dictadura es una forma de gobierno en la cual el poder se concentra en un individuo (Nicolás Maduro) o en una élite (boliburgueses) a través de un gobierno de facto (lo opuesto a “de derecho”), sin división de poderes, que ejercita tiránicamente el mando en beneficio de una minoría (menos del 20%), sin el consentimiento de la mayoría y con la imposibilidad de que a través de elecciones u otros mecanismos la oposición llegue al poder.
De modo que ahora con la disolución de la Asamblea Nacional y otros acontecimientos, no cabe la menor duda que estamos frente a una dictadura. Ya no existen interpretaciones alternativas. El mundo entero lo sabe. Esta autocracia comunista, donde no existe el Estado lo ha expresado muy claro: “revolución no hace elecciones y si las hace es para ganar. El pueblo no tiene derecho a votar contra lo que los beneficia”. Lo cual reafirma el hecho cierto que despotismo no cae con votos.
Si esta “revolución” hubiese ocurrido en 1958, se habría aplicado el paredón cubano y miles de opositores hubiéramos sido fusilados en juicios sumarios como lo hicieron los criminales Fidel y Raúl Castro. Pero debido a la globalización, ese tipo de revolución sanguinaria ya no es factible, por eso recurren a tiranías disfrazadas de democracia.
En estos momentos, cuando los chavistas apoyados por las Fuerzas Armadas Nacionales creen que el poder es eterno y se ufanan de la impunidad de sus acciones, (“lo que no se pudo con los votos, lo haremos con las armas”), hay nulas posibilidades de derrotarlos democráticamente. La protesta en la provincia ayuda muy poco, sólo una marcha a Miraflores de un millón de personas tumbaría la dictadura. Las guarimbas, trancazo, paros y muertes hacen más daño al pueblo que a la dictadura y ya cumplieron su cometido.
¿Qué hacer? Mantenerse unido en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Asistir o no a las elecciones es irrelevante; la dictadura no va a perder las gobernaciones y alcaldías (que de todas maneras van a desaparecer). Lo que queda es hacer presión internacional. Hasta Ecuador retiró sus embajadores de Cuba y Venezuela. No hacerle el juego al chavismo con lo de la autodeterminación y con el nacionalismo desbordado. No olvidar que la tiranía es el enemigo y todo es válido. El fin justifica los medios. Que oiga quien tiene oídos…