Compañeros dan el último adiós al detective Soto

Seis detectives cargaron la urna hasta las instalaciones de la sede Maracaibo de la Policu00eda cientu00edfica. (Fotos: Josu00e9 Gil)

A las 11.00 de la mañana llegó la caravana que despidió al funcionario Eduardo Soto (24), asesinado en su casa en el barrio Bello Monte. La Policía científica liquidó dieciocho horas después del asesinato a los homicidas durante un enfrentamiento en el sector Planta C 

Dos patrullas de la Policía científica escoltaban la carroza negra que transportaba el cuerpo de Eduardo José Soto Villadiego (24). Un centenar de familiares y amigos llegó en camiones, un bus y dos van a la sede de la Delegación de la Policía científica para darle el último adiós y luego sepultarlo en el Cementerio La Chinita. 

Al funcionario le dispararon 13 veces el pasado jueves, cuando conversaba con tres vecinos en su residencia, en el barrio Bello Monte. Dieciocho horas después, la Policía liquidó a los asesinos Julio José Uzcátegui Orozco (25), alias el "Negrito"; y su mujer, Virleidys Yesenia González Martínez (20) en un enfrentamiento en el sector Planta C. 

Cinco coronas de flores adornaban el auto, lo estacionaron frente a la delegación y seis detectives cargaron la urna marrón. La familia y allegados llenaron el estacionamiento mientras los detectives le rendían honor al funcionario. En una ceremonia privada despidieron al oficial adscrito al Eje de Investigaciones contra Robo y Hurto.

Durante los actos velatorios dejaron pasar en grupo a los amigos, para que no colapsaran las instalaciones. El equipo de fútbol de campo Estudiantes del Zulia también llegó a despedirlo. Los jóvenes explicaron que Soto era el delantero del equipo y jugaban en el barrio La Chinita. Para homenajearlo todos usaban la franela negra y naranja que los identifica. En la urna colocaron la franela con el número 14, "era la que usaba cuando jugaba". 

Lo describieron como un muchacho dedicado y responsable. "Cada vez que podía hacía tiempo para el fútbol y sus amigos", recordaron los compañeros de juego. Allegados explicaron que "aún no creemos que esté muerto". Los padres se mantuvieron herméticos, no dieron declaraciones a la prensa. En sus rostros se observaba la tristeza al despedir al cuarto de cinco hermanos. 

Curiosos

Los vecinos que acompañaban a la familia, al percatarse del vehículo utilizado por los delincuentes durante el asesinato, tomaron fotografías. Algunos miraban su interior y murmuraban entre ellos al ver las detonaciones que evidenciaban el enfrentamiento que mantuvieron con los funcionarios de la Comisión de Homicidios. 

Querían certificar que se trataba del mismo carro donde los delincuentes se trasladaron dos días antes a la barriada para matar a Eduardo Soto.  

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