La Policía investiga el entorno de las víctimas. Como primera hipótesis maneja el robo de la camioneta, aunque los atacantes no se llevaron nada
Desde una Explorer negra tirotearon en la cabeza a Zuleidys Carolina Suárez Ávila (30) y a su madre, Zunilda Ávila (56). Los desconocidos las perseguían para presuntamente despojarlas de la camioneta Fortuner, gris, donde se trasladaban. Una murió y la otra permanece en una clínica de Maracaibo.
Las damas pasaban, el pasado miércoles a las 9.00 de la noche, por el sector El Bocachico, parroquia Los Cortijos, en el municipio San Francisco, cuando las atacaron.
La Policía científica detalló que los delincuentes vestían chalecos antibala, portaban armas de fuego largas y cortas, y se trasladaban en una Explorer negra. Las Ávila aceleraron y escaparon. Los desconocidos las persiguieron, las alcanzaron, frenaron delante de ellas y les dispararon. Zuleidys recibió un tiro en la cabeza y su mamá uno en la cara. Los gatilleros huyeron dejándolas moribundas dentro de su camioneta.
A las heridas las trasladaron a una clínica en La Coromoto. Zuleidys falleció al poco tiempo de su ingreso. A la anciana, los familiares la sacaron de ese centro asistencial y la llevaron a un centro de salud al norte de Maracaibo. Permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos, informó un oficial.
¿Atentado?
La camioneta que conducían las Ávila la retiraron del sitio sus parientes, y de la Explorer de los homicidas no se tienen más detalles.
La familia esperaba el cuerpo a las afueras de la morgue forense, pero no quisieron dar declaraciones, una de las parientes entre lágrimas y la voz quebrantada, solo comentó: "Con hablar no solucionamos nada, eso no va a regresarla, a ellas les pasó lo que le pasa a todos los venezolanos cuando van a robarlos".
Los detectives asistieron al lugar de los hechos, desde que les notificaron, se encuentran en la búsqueda de los homicidas, hasta el momento el móvil que se maneja es resistencia al robo, pero no descartan otras hipótesis. Investigan el entorno de las víctimas.
Se conoció que las infortunadas pertenecen a la etnia Wayuu, se dedicaban al comercio y vivían en el sector Los Planazos, perteneciente a la parroquia Ildefonso Vázquez.