Condominios y seguridad

Los servicios de vigilancia privada en Venezuela, salvo excepciones, no cumplen las funciones para las que son originalmente contratadas

En fecha reciente, un conjunto residencial conformado por dos edificios y ubicado en Caracas, fue víctima del delito.  Un grupo conformado por hombres y mujeres de aspecto nada sospechoso, ingresó a las áreas comunes previo “saludo” al vigilante privado de guardia. Posteriormente se distribuyeron en los dos edificios, ingresando a varios apartamentos, en los que incluso en algunos de ellos había residentes. Se apropiaron de una importante cantidad de objetos, así como joyas y dinero, los cuales trasladaron en dos vehículos de los mismos propietarios de los apartamentos. Cuando se dio aviso a los cuerpos policiales y llegaron los funcionarios, ya habían pasado cerca de hora y media que los delincuentes se habían retirado. El modus operandi de los delincuentes no fue realmente original, en cuanto a que viene a ser la reproducción de casos muy similares no sólo en Caracas sino en otras ciudades de Venezuela. Entre los afectados se encontraba un amigo, el cual me solicitó algunas recomendaciones de carácter preventivo para evitar que se repitieran los hechos. A continuación comparto con ustedes algunas consideraciones.

Vigilancia privada: Tengo la opinión particular, que los servicios de vigilancia privada en Venezuela, salvo excepciones, no cumplen las funciones para las que son originalmente contratadas. Por una parte ha existido una especie de resignación por parte de las contratistas, las cuales se conforman por mantener al mínimo la calidad del servicio. Así mismo, los contratantes se limitan a cerrar la negociación más económica. En ambos casos, todos son responsables. El cliente tiene el derecho de solicitar que la empresa de vigilancia privada, disponga de todos los permisos que las instituciones del Estado exigen para su funcionamiento. Es importante verificar que las pólizas de seguro que cubren eventos en los que la contratista es responsable, se encuentren vigentes y tengan una cobertura ajustada a la realidad. El vigilante debe disponer de un área segura que no sólo lo proteja de los elementos atmosféricos, sino que sea una real alternativa de protección si es atacado. No pretenda que alguien que no dispone de una sala sanitaria decente, agua potable, mobiliario, medios de comunicación y en oportunidades ni un techo, vaya a tener la mejor de las disposiciones para trabajar como vigilante. El mejor de los casos estará contratando un portero, que tiene otras funciones. Si desea un recurso humano eficaz, motívelo, prepárelo y demuestre con hechos el interés en su bienestar.

Normas y procedimientos: El tratamiento tradicionalmente aceptado, de que un minúsculo grupo de miembros del condominio acuda a las reuniones y tome las decisiones, es uno de los generadores de las debilidades de seguridad que aprovechan los delincuentes. 

Las propuestas de solución deben contar con la participación de un porcentaje mayoritario de los miembros, como parte de los mecanismos que buscan compromiso en el cumplimiento de lo que allí se acuerde. Las cadenas se fracturan por el eslabón más débil, así que el incumplimiento de una minoría pone el riesgo a la totalidad de los ciudadanos.

Las normas y procedimientos de seguridad son parte clave de todo sistema de protección. Deben abarcar en forma detallada y sencilla desde las funciones de la vigilancia privada, hasta protocolos para el acceso de visitantes, horario de cierre de accesos, comunicaciones con organismos policiales y entre vecinos, frecuencia de las inspecciones a las áreas, actividades de mantenimiento a equipos, entre otros.

Tecnología: La tecnología en el área de la seguridad ha avanzado rápidamente, por lo que existen propuestas de solución, para casi todo tipo de instalaciones sean comerciales, industriales o residenciales. Aunque nuestra realidad país ha afectado el sector, aún es posible encontrar proveedores que ofrecen equipos de diverso grado de complejidad.

Las necesidades de un condominio pueden ser tan sencillas como un  muro reforzado, un cerco eléctrico o un video portero hasta un circuito cerrado de televisión enlazado con alarmas a cuerpos de seguridad.

En cualquiera de los casos siempre debe considerarse el efectuar un estudio previo por medio del cual determinar las vulnerabilidades, así como el sistema de seguridad más adecuado al condominio. La improvisación en este como en otros casos solo trae como consecuencias la administración ineficiente de los recursos, la desmotivación y mantener facilidades para que el delincuente actúe.

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