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Los comunistas, desde el inicio de su propia conformación ideológica, son los que más han empleado el término de “consciencia social” y muchas veces las sociedades heterogéneas en el mundo, lo creyeron, hasta que las propias realidades políticas, económicas y sociales revirtieron esa idea. El comunismo, es una ideología social caracterizada por el control y planificación de la vida colectiva, de la vida comunitaria, la abolición de la propiedad privada sobre el trabajo y los medios de producción, y la eliminación de las clases sociales. La consciencia comunista es una consciencia totalmente enajenada, que no trasciende más allá de los principios ideológicos que le constituyen y ocultan sus verdaderos intereses, bajo la excusa de defender los intereses generales. El comunismo fracasó y es casi imposible que en la sociedad mundial democrática, de libertades ciudadanas y económicas y del pluralismo político, que pueda resurgir de sus cenizas.
El término “consciencia social” hace referencia a la capacidad de determinados individuos, grupos u organizaciones sociales de percibir aquellas realidades circundantes que requieren atención, de reflexionar sobre ellas y en algunos casos, de actuar para la transformación de las mismas. La idea de consciencia social está hoy altamente extendida por el importante aumento de grupos poblacionales en inferioridad de condiciones y por la necesidad cada vez más acuciante de actuar de modo positivo en las modificaciones de esas realidades sociales alternativas a la de uno mismo. Ligado muy fuertemente a las ideas de solidaridad y compromiso, la consciencia social es el primer paso en el camino hacia la alteración de estructuras de discriminación voluntaria e involuntaria ejercidas sobre determinados grupos sociales dentro de una comunidad.
La consciencia social, por tanto, tiene que ver con la posibilidad de estar al tanto de los problemas intrínsecos a una sociedad que requieren solución. Si bien normalmente se utiliza para hacer referencia a la necesidad de actuar en beneficio de aquellos que viven en situaciones de pobreza, marginalidad y exclusión. Ese es el cambio, salir de la consciencia comunista excluyente y autócrata, por una consciencia social de compromiso democrático, de todos los actores: públicos y privados, por encontrar vías de solución a los problemas inherentes al ser humano y a la sociedad en general. Para ello, es fundamental salir del engendro heredero.