Descansar debería ser la prioridad número uno de todo el mundo. No se puede vivir sin dormir, y está científicamente comprobado. Pero muchas veces, dado el estrés del día a día, las exigencias del trabajo, del colegio, del entorno laboral, la conciliación familiar, los planes fuera de casa, organizar las tareas del hogar, socializar y divertirse, no hay casi tiempo para dormir, y se acaba sacrificando el descanso para seguir con el resto de la vida.
Pero, sin descanso, el resto del día se vuelve más complicado, y acaba agotando el estado físico y mental de las personas.
Descansar no siempre implica encerrarse en el dormitorio, bajar las persianas, abrazarse a la almohada y pasar horas y horas de sueño durmiendo. Realmente, los expertos recomiendan dormir únicamente por la noche, pero sí descansar durante el día.
No se trata de que el día sea un planning con horas estipuladas para cada tarea, sino optimizar todo para que haya horas “muertas” en las que poder descansar, ver una película, seguir a tu equipo favorito en la casa de apuestas, o simplemente disfrutar de un café mirando al horizonte.
La importancia del sueño y el buen descanso
Existe el famoso mito de que hay que dormir al menos ocho horas al día para optimizar el desarrollo de las tareas del día a día sin sentir cansancio o fatiga. Esta teoría es cierta, pero no en todas las edades, ya que conforme se crece, se complica el poder dedicar ocho horas a un sueño profundo, porque, aunque se disponga de ese tiempo, muchas veces la cabeza está pensando en otras cosas que te impiden dormir todo el tiempo deseado.
Varios estudios confirman que la franja de sueño mínima varía en función de la edad. Así, los bebés hasta un año deben dormir entre doce y dieciséis horas al día; los niños hasta dos años unas catorce horas divididas entre la noche y una siesta a media tarde; los niños hasta cinco años unas doce horas; los más mayores de hasta doce años unas nueve o diez horas al día; y los adolescentes hasta que cumplen los dieciocho unas ocho horas.
Una vez se pasa la frontera del adulto, la media baja a unas siete horas aproximadamente, siendo en la mayoría de los casos unas seis horas y media más bien.
Consejos para dormir bien
Mientras se está dormido, el cuerpo entra en una especie de equilibrio energético, poniendo en pausa la mente, mientras trabajan los órganos internos. Si no se duerme bien, aparecen problemas como rigidez muscular y el típico dolor de cuello y espalda.
Existen alimentos y suplementos que ayudan a dormir mejor, pero siempre acompañados con rutinas saludables, porque es solo un extra a un esfuerzo que depende de cada persona.
Alimentación
Se da por descontado que se sabe que para dormir bien lo ideal es hacer una cena ligera que no dé sensación de pesadez en el cuerpo, lo que dificultará el descanso y el sueño durante la noche. No obstante, casi la mitad de la población tiene problemas a la hora de dormir, sobre todo en la fase inicial de conciliar el sueño, por eso es importante cuidar qué cenar.
Una idea ligera son ensaladas ricas en proteínas con pollo o atún, acompañado de tomate, pepino, aceitunas, huevos duros o zanahoria.
No a las pantallas
Ver un capítulo de tu serie favorita, disfrutar de una película o simplemente hacer scroll en Instagram o TikTok es uno de los pasatiempos favoritos de muchas personas antes de dormir. Pero, esta sobreexposición es un estímulo extra para el cerebro, lo que le hace más difícil desconectar del día a día para poder dormir.
Es muy complicado que se coja el sueño de inmediato cuando la vista y el cerebro siguen recordando los últimos vídeos vistos en redes sociales. Una alternativa es escuchar alguno de los mejores podcasts para dormir.
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