Quizás
¿Por qué elitista? Según Wikipedia el término elitismo “puede ser utilizado para describir una situación en la cual una élite goza de privilegios o tiene más poder que el resto de los miembros de la sociedad. Se refiere a una situación de hecho, pero no institucional, ya que si lo fuera sería una aristocracia”. La RAL a su vez lo define como “actitud proclive a los gustos y preferencias que se apartan de los del común”. Entonces, en uno u otro caso la idea de elitismo gira en torno al hecho que unos pocos “se apartan del común” y tienen “más poder que el resto de los miembros de la sociedad”.
Dicho lo anterior es posible afirmar que efectivamente el llamado a una Constituyente en Venezuela es elitista, las razones son varias, además de la cuenta matemática hecha al inicio. En primer lugar no se le ha preguntado al Pueblo si quiere una Constituyente, unos pocos decidieron que si hace falta. En segundo lugar, no todos tienen la misma importancia frente a un eventual proceso de elección pues el voto no es universal (por cierto, lo que lo convierte en inconstitucional). Tercero, todo parece indicar que la intención es que tampoco se somete a aprobación la eventual nueva Constitución.
Se está entonces frente a una Constituyente “para el Pueblo” en la que una élite decide lo que es mejor para la mayoría. Este tipo de situaciones es propio de una falsa institucionalidad, en la que unas pocas fórmulas y vericuetos legales intentan encubrir la ilegitimidad. Esto no es nuevo, y así hay que entenderlo. En Venezuela la lucha pasó del plano legal al plano moral desde hace ya varias semanas, caracterizada fundamentalmente por la desobediencia civil, que por definición es no violenta, de ahí su carácter civil, basta ver el ejemplo de Gandhi entre otros.
La Constituyente que se intenta impulsar tiene entre otros objetivos desmotivar a un Pueblo que decidió desobedecer pacíficamente la imposición de una minoría sobre una mayoría. En un intento por desmovilizar, tratando de imponer una fórmula legal a la voluntad de millones que quieren un cambio en su situación cotidiana, la cual quienes gobiernan no han sido capaces de mejorar. Es imprescindible que quienes quieren un cambio para el país comprendan que la Constituyente que se intenta imponer está en un plano que nada tiene que ver con la lucha civil y moral que se desarrolla en el país.