Contra el “Plan Conejo”, “Plan Iguana”

 

Bernal comprobó que los primeros conejos que entregó para la reproducción, los encontró con unos “lacitos” puestos cuando fue a inspeccionar su gran propuesta; la gente no está acostumbrada a comerlos sino a criarlos y tenerlos como mascota

A este cronista le gustaría meterse dentro de la cabeza de los “adalides” de esta porquería que llaman revolución para ver qué carajo es lo que hay en realidad allí dentro. Sesos no hay.

Recientemente, el presidente Maduro expuso a los venezolanos la puesta en marcha del “Plan Conejo”, una muy “novedosa” idea surgida de la  brillante testa del  Ministro de Agricultura Urbana y jefe plenipotenciario de los CLAP, inmersas en unas descomunales denuncias de corrupción, para hacer frente a la escasez de alimentos y a la “guerra económica impuesta por los EEUU”.

Me imagino a Freddy Bernal haciendo el papel de Sam Bigotes o El Coyote  tratando de ganarle una a Bugs Bunny, buscando agarrarlo para ponerlo como padrote que pueda garantizar unos conejos tan inteligentes como el de la suerte y así obtener unos ejemplares superiores que sean capaces de reproducirse más rápidamente con pesos de marranos.

Pero como los dos pensadores se percataron que existe un problema cultural con el conejo y es que la gente no está acostumbrada a comerlos sino a criarlos y tenerlos como mascota, cosa que comprobó el propio Bernal al darse cuenta que los primeros conejos que entregó para la reproducción los encontró con unos “lacitos” puestos cuando fue a inspeccionar su gran propuesta, yo le propongo a Maduro que cambie el “Plan Conejo” por el “Plan Iguana” que  dará mejores resultados y convertirnos en importadores de carne de iguana.

No crean que es broma. La carne de las iguanas es muy parecida a la de pollo y otras aves de corral. La iguana, señores Maduro y  Bernal, pone unos 80 huevos una vez que se aparea con el iguano. Algunas llegan a medir entre 1.5 y 2 metros y pueden pesar de cuatro a nueve kilogramos, más que un conejo

Lo que olvidaron las dos eminencias grises, fue decirnos a quienes vivimos en apartamento, de qué manera vamos a criar conejos en estos lugares si no tenemos patios donde los mamíferos roedores  puedan montar sus cuevas y así tener un hábitat para multiplicarse.

Pero bueno, si el “Plan Conejo”, que bien mereciera ser nominado a los Premios Nobel, va a dar los mismos “positivos” resultados de las areperas socialistas, la ruta de las empanadas, los gallineros verticales, los cultivos organopónicos, las panaderías socialistas, Agropatria, las haciendas productivas confiscadas y cuanta locura se le haya podido venir a la cabeza de estos brutos, bajo la presunción de alcanzar la soñada soberanía alimentaria, bienvenido el “Plan Conejo”. Ahora es cuando falta ver brillantes ideas como ésta.

 

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