
La lucha contra el contrabando no merma el comercio informal de combustible a orillas de la carretera. Hombres, mujeres y hasta niños, con manguera en mano, ofrecen la gasolina
Dicen que combaten la extracción, pero ignoran la venta ilegal de combustible y alimentos en la carretera. La diversificación del comercio informal e ilegal en la Troncal del Caribe ya no usa mascara. A lo largo de la vía que conduce desde Maracaibo hacia Paraguachón, en la frontera, decenas de tarantines muestran su mercancía.
En el camino hacia la zona limítrofe en la Guajira, el equipo de La Verdad encontró 11 puntos de control de las Fuerza Armada Nacional Bolivariana y la Policía del Zulia: Core 3, La Paila Negra, río Limón, Sinamaica, Caimare Chico, Las Fuerzas, Paraguaipoa, El Rabito, Moina, El 80 (cruce de Cojoro) y Paraguachón. Intercalados entre estas alcabalas, están los "comerciantes" y sus ofertas.
Solo en el sector conocido como La Paila Negra, antes de llegar al río Limón, unos 20 vendedores -hombres mujeres y hasta niños- con manguera en mano se disputan a diario la preferencia de los compradores con sus ofertas. "150", "200", "170" decían sus carteles. Es el precio en el que venden cada litro de combustible, que en las estaciones de servicio cuesta apenas 0,097 bolívares.
Violan la Ley de Hidrocarburos
Según el artículo 8 de la Ley Orgánica de Hidrocarburos, la competencia exclusiva sobre la "regulación y seguimiento de las políticas y la planificación, realización y fiscalización de las actividades en materia de hidrocarburos, lo cual comprende lo relativo al desarrollo, conservación, aprovechamiento y control de dichos recursos; así como al estudio de mercados, al análisis y fijación de precios de los hidrocarburos y de sus productos”, recae sobre el Ministerio de Energía y Petróleo.
La legislación establece a lo largo de sus 68 artículos que en el territorio nacional está prohibida la comercialización de combustibles fuera de las estaciones de servicio y sin cumplir con las disposiciones mínimas de seguridad para su almacenamiento. También viola la ley el incremento exponencial de su precio una vez que se negocia en la calle.
Colombia de brazos cruzados
Si en territorio venezolano la venta de combustible, alimentos y algunos productos de aseo personal se ha hecho invisible para los funcionarios de seguridad, en suelo colombiano la situación no mejora.
Es de conocimiento público que la gasolina que venden en “pimpinas” de 20 litros en La Raya, es de Venezuela, “ecológica”, así la promocionan a gritos los “gasolineros” mientras el ejército de Colombia y la Policía Nacional, se mantienen inertes.
En mesas de madera también atraen la mirada de los transeúntes la variedad de productos con sello “hecho en la República Bolivariana de Venezuela”. El café Venezuela, empacado por una empresa del Gobierno, se comercializa en tres mil 500 pesos (700 bolívares). La harina de maíz pre cocida –tanto marcas del Estado y como de empresa privada- cuesta Bs. 500 el kilo, cuando su precio regulado en Venezuela es Bs. 19.
Lo mismo ocurre con la margarina venezolana, la salsa de tomate, el jabón en polvo, desodorantes y pasta de dientes, que escasean en Maracaibo pero abundan en Maicao, Colombia.